Olvido, tierra de memoria escasa que esconde en sus entrañas la soledad de los árboles, vuelve a la razón y la vida o se irán filtrando las esperanzas en un ancho mar de desencuentros y escombreras.
Olvido, memoria selectiva del poder, vuelve los ojos hacia los árboles que cuidan de la tierra, del alma, del recuerdo de los humanos procedentes de tiempos antiguos.
Olvido, destrozador de la memoria de los árboles que transmiten los conocimientos reposados en los tiempos, no nubles a la juventud en los intereses materiales que contaminan el espíritu del recuerdo.
Olvido, deja que la memoria tome el lugar que por justicia le corresponde y abandona a los poderosos en sus mentiras interesadas.
Olvido, maldito olvido, olvídate que existimos y parte lejos, al paraíso de la ambición, el odio y el totalitarismo.
(Seguimos con el juego de Una Palabra , en este caso aportó la palabra el...