"Veo películas de temática zombie, todas las que pueda y más, porque es un género con el que disfruto bastante, pero la verdad sea dicha, habría que pasar el rasero de una vez por todas". Ésta, como muchas otras, carece de la chicha (y no porque se la coman unos pocos cadáveres) obligatoria para que una película funcione lo más mínimo. , director y guionista -adapta la novela Warm Bodies de -, se encarga de un trabajo donde se olvida por completo de los zombies y, del amor. Porque esta historia de zombies cambiantes, que sienten dolor, que comienzan a soñar y a sentir el frío en sus cuerpos, o a enamorarse, es sorda e insulsa a rabiar. Si se quiere contar la historia de un joven zombie, donde el subconsciente -voz en off- trabaja más por él, que él mismo, que come carne para sobrevivir, lucha contra los huesudos (todavía sigo pensando que hacen estos aquí) para salvar también su pálida piel y, se enamora, pero no hay amor ni sangre ni nada, salvo una buena elección musical como banda sonora, ¿qué camino tomamos entonces? Algunos chistes tienen mejor fortuna que otros.
cuenta como R (Nicholas Hoult ) es un zombie que vaga perdido, solo y sin rumbo tras una plaga mundial que ha convertido a casi toda la población en muertos vivientes. En una excursión a la ciudad junto con su amigo M (Rob Corddry ) para buscar algo fresco que llevarse a la boca, R conoce casualmente a Julie (Teresa Palmer ), una joven humana a la que salva de convertirse en el menú del día sin saber muy bien por qué. Poco a poco, y gracias a Julie, el corazón muerto de R comienza a latir de nuevo y vuelve a recordar cómo era estar vivo. Aunque el padre de Julie, el general Grigio (John Malkovich ), líder de la resistencia humana, no termina de ver con buenos ojos al nuevo amigo de su hija...
Una primerísima parte de esta película sí que se podría salvar con algo de más nota, ya que toda la introducción, hasta el secuestro/ayuda de R a Julie llevándola a la casa de éste, bueno, tiene su gracia. Después, la película se precipita al más profundo de los abismos con metraje tonto e insustancial. No hay actuaciones destacables. No hay fondo ninguno. Hay incoherencias y diálogos para reírse, pero de lo ridículos que son. Una película que te hace perder el interés muchísimo antes de que acabe -jamás he quitado una película o salido del cine-, donde sólo deseas que ocurra algo que de verdad sea de calidad y relevante. Chistes que funcionan unos con mejor suerte que otros a lo largo del filme, pero nada de nada.
No he leído la novela de Marion, pero creo que no se le hace ningún favor con este trabajo del director de 50/50, Seducción Mortal o The Wackness a dicha obra. Si con películas de este tipo se quiere hacer lo mismo que con la saga Crepúsculo, apagando y yéndome estoy.
Ya lo dice R nada más comenzar: estoy muerto.