Y Midori cerró sus ojos fuertemente, y dentro, su cabeza pudo ver lucecitas de todos los colores,todas ellas se unían formando una enorme flecha luminosa que señalaba una pizarra en blanco,todo apuntaba a que tan sólo ella era la indicada en llenarla, contando la historia, la única historia que le quedaba en sus recuerdos, aquella en la que podía acariciar las suaves yemas de los dedos de pianista de su padre, aquella en la que las nevadas eran las más frías del mundo, aquella en la que viajaba a la luna subiendo unas interminables y empinadas escaleras de madera envejecida, unas escaleras de buhardilla de las que daban miedo y una vez dentro tan sólo encontraba herramientas para trabajar en el campo.Midori sintió un escalofrío recorriendo su Nuca y decidió abrir los ojos, su helado de Menta se había derretido, una brisa agradable jugaba con sus rizos y con las ramas de las palmeras que quedaban aún enfermas.
Menta.
Publicado el 28 julio 2011 por LaninamariposaY Midori cerró sus ojos fuertemente, y dentro, su cabeza pudo ver lucecitas de todos los colores,todas ellas se unían formando una enorme flecha luminosa que señalaba una pizarra en blanco,todo apuntaba a que tan sólo ella era la indicada en llenarla, contando la historia, la única historia que le quedaba en sus recuerdos, aquella en la que podía acariciar las suaves yemas de los dedos de pianista de su padre, aquella en la que las nevadas eran las más frías del mundo, aquella en la que viajaba a la luna subiendo unas interminables y empinadas escaleras de madera envejecida, unas escaleras de buhardilla de las que daban miedo y una vez dentro tan sólo encontraba herramientas para trabajar en el campo.Midori sintió un escalofrío recorriendo su Nuca y decidió abrir los ojos, su helado de Menta se había derretido, una brisa agradable jugaba con sus rizos y con las ramas de las palmeras que quedaban aún enfermas.