Hoy me buscas.
En cada pliegue de tu piel
jamás lamido con tanta lujuria,
en cada recoveco de tu mente sucia,
en tus pervertidos sueños,
en la amenaza
a la inviolabilidad de tu alma,
a tu yo más profundo,
a tu ser quebradizo.
Me buscas hoy.
Y quizás, mañana me halles.
De rodillas,
sobre el suelo de tus ganas,
lamiendo esa negrura,
escupiendo bocanadas de ti,
descargando iras y miedos
en color blanco,
en sabor dulce,
en miel salada.
Callados.
Secretos cómplices.
Hoy me buscas.
Mañana llegaré.