Asi que si quería seguir con mi gira eventera (que se hace a la mañana generalmente) tuve que recurrir a Gr*cielit* y a su marido, mi suegro. Y a Silvia, obvio. Tres chicos para tres grandes. Y el primero que se quejaba (de los grandes) saldría expelido con shot en el traste y puteada de saludo.
De más está decir que los abuelos estaban chochos de la vida con tal decisión, Silvia estaba feliz también y la única que se sentía mal era yo. Pero no por dejar a mis hijos... era por dejar a mis hijos con "ella".
Con el alma estrujada me fui la primera vez deseando que se le sarmaran pequeños escandaletes, llantos desesperados por extrañarme.... quería encontrarme con los tres adultos llorando desesperados a mi vuelta con la frase "no sabés cómo te extrañaron". Si, soy una basura ¿y?
Por suerte, marido Ewok llegó antes que yo y despachó adultos antes de mi vuelta, asi que no me quedó otra que esperar hasta el día siguiente para preguntarle a Silvia por su día.
- Fruticienta: y? cómo les fue ayer?
- Silvia: ay, divino.
- Fruticienta: cómo?
- Silvia: si, no sabe qué bien se portaron. Cómo los quieren a sus abuelos.... parecian otros nenes.
- Fruticienta: SILVIA! No me puede decir eso!
- Silvia: es que se portaron tan bien. No sabe qué bien que comieron... y cuanto! no parecían sus hijos.
- Fruticienta: Silvia, ud. me tiene que decir que me extrañaron!... digo... si quiere mantener su trabajo (ejem, ejem)
- Silvia: ah... si? bueno... si, la extrañaron. Pero la abuela los llevó de paseo, les dío de comer....
- Fruticienta: *sigh* *snif* o sea que no me extrañaron?
- Silvia: estaban chochos con los abuelos.
- Fruticienta:... ah. bueh. Que lindo. Para la próxima: MIENTAMÉ, sea buena.
Tendría que sentirme bien porque mis niños se quedan tranquilos sin mi, pero es inevitable. Quiero que me extrañen... carajomierda.