
I
En esta fría tarde donde fuerte brilla sol, siento helarse mis entreñas, escarcharse mi razón.
Escarchada tengo el alma, congelado el corazón.
II En esta árida tarde donde el miedo me congeló, Exaltado me alzé, a tu sombra vigía, cuando iluminaste mi vida.
Hendiste, con tu presencia los tempanos, que reinaban a la sombre de tu ida.
III En esta tarde de presagios donde el oscuro se encaramaba, iluminó la luz de tus ojos, de este verano su sino.
Abiertas las puertas del hado, pasado el miedo, tan solo nos queda, emprender el camino.