Las personas
Que por sus nobles obras
Merecen
Ser tenidas como grandes,
Al morir nunca mueren;
Se vuelven más rutilantes
Porque sus obras trascienden
Más allá de las fronteras,
De las fronteras de la vida.
Se vuelven eternas.
En lo alto de la cima
Por siempre se quedan,
Haciéndole compañía
Al Dios de los Cielos.
¡Merecido privilegio!