“En Tumaco nos acostamos siendo víctimas y nos levantamos siendo sobrevivientes”*
Mi nombre es Flor María Barreiro, nací en Tumaco hace 46 años y tengo 3 hijas.
Creo que como a la mayoría de las mujeres de Tumaco, la violencia también ha tocado mi vida, el papá de mis hijas fue asesinado en el 2002, y mi único hijo varón también fue asesinado, él murió hace 5 años. Vivíamos en zona rural, y ya era costumbre que la guerrilla entrara y matara gente a su antojo, y también los narcotraficantes en la ciudad.
Después de eso y temiendo por mí y por mis hijas me fui, tuve que dejar todo, la finca que teníamos que era nuestro sustento, porque vivíamos de lo que cultivábamos. Llegue al casco urbano de Tumaco y como no tenía un empleo empecé a hacer de todo, lavaba ropa, limpiaba, lo que fuera necesario para mantener a mis hijas, después logre poner un negocio de verduras en mi casa y con eso sobreviví por mucho tiempo.
En Tumaco nos acostamos siendo víctimas y nos levantamos siendo sobrevivientes, y digo victimas porque durante el día salimos de nuestra casa y no sabemos si regresamos.
Soy mujer líder de mi comunidad, esto no representa ninguna remuneración, pero soy feliz porque sé que estoy apoyando a otras mujeres, para que vean que la vida se va rápido, que no vale la pena sumirse en la tristeza y menos en la pobreza, que podemos luchar por la vida y por nuestra gente.
Mi día empieza a las 5 de la mañana, preparo el almuerzo, arreglo la casa, y salgo a las 8, a veces no sé a qué hora regreso por eso trato de que todo en mi casa esté en orden, porque no me gusta llegar agotada y encontrarme con que mi casa está al revés o que no he preparado nada para mis hijas.
Normalmente estoy gran parte del día en talleres y reuniones. Ahora mismo estoy en el proyecto Afro para Afro de Global Humanitaria y estoy feliz porque estoy en ese proceso de capacitarme, de formarme, precisamente como formadora, que es lo que más anhelo.
El resto de mi tiempo lo dedico a mi trabajo como administradora en un restaurante.
Aquí se vive realmente el día de la mujer, se conmemora el esfuerzo que día a día hacen por apoyar a sus familias, a su comunidad, por restaurar el tejido social, que en Tumaco se ha roto, y siento que ésa debe ser la celebración: reconocer ese esfuerzo de las mujeres aquí y en todo el mundo.
Me aflige la injusticia, me entristece. Me hace feliz y me da esperanza el triunfo de alguien, por ejemplo cuando veo a los jóvenes cuando se gradúan siento que hay esperanza, cuando una mujer se esfuerza y triunfa en su vida , eso me da alegría y me da impulso.
Lo más representativo para mi de la historia reciente de Tumaco es cómo han avanzado sus mujeres, ese proceso ha sido la base del nuevo Tumaco que nosotras estamos tratando de construir. El simple hecho que podamos participar en una contienda política es ya una gran ganancia. Además estamos apoyando el tema de las nuevas masculinidades, porque los hombres también deben entrar a este proceso, participar, reflexionar y replicar.
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*Con la colaboración de Fernanda Luna, desde Global Humanitaria Colombia.