Revista Talentos
―Sí, solicitaron un reservado para "los cinco cincuentones", o algo así, diciéndonos que traerían ellos su comida. Cuando entré ya estaban muertos, con sus manos entintadas y entrelazadas. Parecía un pacto diabólico de esos, apestaba a azufre. Lo más extraño es que dejaron un puñetero dinosaurio despedazado sobre la mesa.