Spiderman se subía por las paredes. Los Cuatro Fantásticos le invitaron a cenar, pero apenas vio a La Chica Invisible; La Cosa sufrió un ataque de piedra; La Antorcha Humana, con las encías inflamadas, quemó su filete; y, encima, Míster Fantástico no se estiró y terminó pagando él la cuenta.