Revista Literatura

Mexico '70

Publicado el 23 septiembre 2011 por Gildelopez
Junio de 1970 es uno de los meses mas interesantes de mi vida: el 31 de mayo habia empezado, en el estadio Azteca el mundial de futbol. Fue en el que estuvo en juego por ultima vez la copa Jules Rimet. No hablabamos de otra cosa .Un poco antes de la inauguracion, una fractura habia dejado fuera del torneo y practicamente del futbol a mi gran idolo de ese entonces: el fino mediocampista Alberto Onofre, el mejor jugador de Mexico en aquella epoca y quien apenas unos meses atras, con un gol olimpico contra los Diablos Blancos del Torreon le habia dado la Copa Mexico al Guadalajara, abriendo el camino para el ultimo campeonisimo y de paso me habia convertido en Chiva Rayada para siempre.El frenesi mundialista nos hizo olvidarnos un poco del drama del maestro Onofre. Durante poco mas de diez dias vivimos emocionados por el paso de la seleccion mexicana: En aquellos tiempos lo que anhelabamos era jugar "el cuarto partido". Un penalty cobrado por Gustavo, "el Halcon" Pena contra Belgica por fin nos habia llevado a cuartos de final(habia una ronda menos que ahora). Italia nos devolvio a la realidad y se gano nuestro rencor, por lo que cuando llego a la final contra Brasil, todos eramos partidarios de los amazonicos. Cuando Carlos Alberto levanto el trofeo, que se fue para siempre a las vitrinas de la CBD, festejamos el triunfo como si fuera nuestro.Oiamos por radio la narracion de los partidos, porque casi no habia televisores en el pueblo y los pocos disponibles captaban una pesima senhal, por lo que era mucho mejor oir las grandiosas cronicas radiales de don Fernando Marcos, Angel Fernandez y Agustin Gonzalez, "Escopeta", entre otros.
Lo que hace tan memorable esas semanas para mi es otro "campeonato" mas modesto y local en el que participe, paralelamente a la copa del mundo: por esas fechas las primarias de la zona escolar 13 tenian que elegir a un representante para acudir a la ceremonia anual en la que el presidente Diaz Ordaz se reunia y premiaba a los alumnos mas destacados del pais.Para encontrar a tal representante, cada escuela mandaba a su alumno con mejores calificaciones a unos concursos, que se celebraron en un aula de la escuela Francisco I. Madero.
Para ser sincero, les dire que yo no tenia el mejor promedio de la Colón: la maestra Paramo ya tenia a nuestro representante, que francamente no recuerdo quien era, pero un poco antes de los concursos, cometio no se que acto de indisciplina y lo castigaron retirandolo de la participacion en la justa academica.Y hete ahi que de repente,sin esperarlo, me mandaron a mi. Tenia 11 anhos y mas que la idea de ver al presidente, me emocionaba la posibilidad de viajar al D.F. He olvidado cuantos examenes presentamos, pero al final eramos tres los finalistas: una ninha de la Enrique Aguilar, otra del Guadalupano, y el de la tecla, de la Colon. Los resultados finales fueron muy apretados: era un triple empate, por lo que los maestros tuvieron que revisar con mas detalle el examen final, llevando el resultado a centesimas para poder establecer al ganador.
Para calmar los nervios, me acerque a la barda que separaba a la presidencia municipal de la escuela, para oir la transmision de un partido en un radio que estaba a todo volumen, sospecho que para que lo oyeran los internos de la carcel. Era el partido por el tercer lugar del mundial, entre Alemania y Uruguay. La intrascendencia propia de ese partido de perdedores se compenso porque en el, Gerd Muller se convirtio en el ultimo jugador que se ha acercado al record de Just Fontaine de mas goles en un torneo (llego a diez, por trece del frances).
... En fin que ya mas relajado, regrese a esperar el resultado con el par de ninhas, a las que no les gustaba el futbol. Despues de una breve espera, nos dieron las calificaciones del examen: Enrique Aguilar: 7.3; Guadalupe Victoria: 7.2; Cristobal Colon: 7.0 Como dije antes, estuvo renhido y ademas debe haber tenido mayor grado de dificultad que un examen normal, porque segun me acuerdo, las ninhas venian con un promedio de 10 en su escuela y yo de 9.5.
Al terminar el concurso, la maestra Paramo me acompano hasta la tienda de mi papa. Ella iba triste y me consolaba diciendo: "te falto solo un poquito... si hubieras tenido mas tiempo para prepararte...". Siempre agradecere esas palabras de apoyo de mi querida maestra, pero lo que yo sentia no era tristeza, sino mariposas en el estomago: aunque jamas me atrevi a decirselo al objeto de mi afecto, habia conocido el amor: cuando acabo el concurso estaba enamorado de Alicia, la ninha ganadora. Por mas esfuerzos que hago no recuerdo su apellido. Poco despues del concurso, ella fue a comprar una revista al puesto que yo atendia por las tardes afuera de la tienda de mi papa; me pago con un billete de un peso, que guarde en mi bolsillo varias semanas, como recuerdo suyo. Logre conservarlo hasta una tarde en que fui a ver un partido de futbol a la cancha del Aguacatillo.Ya era tarde y no habia comido nada desde temprano ese dia; estaba un senor vendiendo unas tortas (creo que era don Carlos), yo nadamas traia mi peso-fetiche en la bolsa y pues...el hambre es canija: se fue el recuerdo de mi primer amor.
Santa Ana, CA, 20, septiembre, 2011

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