Revista Literatura

Mi abuelo

Publicado el 06 diciembre 2011 por Mbbp

MI ABUELO

Según la Wikipedia:

Pere Benavent de Barberà i Abelló (Barcelona, 1899 – ídem, 1974) fue un arquitecto y escritor español. Discípulo de Enric Sagnier i Villavecchia, realizó una obra de estilo personal con cierta tendencia clásica y gusto por lo popular. Fue el último presidente de la Asociación de Arquitectos de Cataluña y numerario de la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi. Autor en Barcelona de la cripta de la iglesia de Pompeya (obra de Sagnier), el convento de los Capuchinos de Sarrià y algunos colegios mayores. Como escritor fue autor de: en el terreno arquitectónico, Como debo construir (Com he de construir, 1934) y La arquitectura y el hombre inseparables (L’arquitectura i l’home inseparables, 1936); en poesía, Flores de almendro (Flors d’ametller, 1918), La rosa y el cristal (La rosa i el cristall, 1938), Libro del caminante (Llibre del caminant, 1949) y Sobremesa académica (Sobretaula acadèmica, 1956); y en ensayo, Hombres, hombrecitos y hombrazos (Homes, homenets i hombrassos, 1935) y Macià Vila Mateu, esbozo biográfico (Macià Vila Mateu, esbós biogràfic, 1966).

Como seguramente sabes, apenas pienso en el pasado y mucho menos en su huella en mi vida! Mi tiempo es otro y el Miguel que día a día voy descubriendo, se parece poco al heredado de mis ancestros! No obstante, ¿por qué negar la evidencia cuando se nos pone en frente, una vez más? Creía ser el eslabón perdido -y ahora reencontrado- de una familia que no tuve demasiada ocasión de conocer! Sin embargo, mi afición por la arquitectura y la decoración, las artes plásticas y escribir debían venir de lejos en mi familia. Pero no fue hasta hace unos pocos años, cuando tuve la ocasión de redescubrir a mi abuelo paterno, a través de una anciana tía lejana mía, que me prestó un libro suyo escrito bajo seudónimo, que me permitió reencontarme con mi pasado, con mi abuelo y conmigo mismo…

Me sorprendió leer en este libro prestado textos que pudiera haber escrito yo en cualquier momento de mi vida! Y en ellos ví la fina sensibilidad de mi abuelo, su romanticismo y su especial manera de vivir internamente una vida de luces, aunque clandestina ante los ojos de los demás, incuyendo su propia familia. Mis diarios paseos con él a las 7 de la mañana, hasta mis escasos 10 años, cuando le acompañaba a tirar amorosamente migas de pan a los peces rojos y naranjas del estanque un tanto versallesco que había en el Mas Vila de Barberà, en Reus, donde yo pasaba un largo mes cada verano. Luego, abríamos la pequeña capilla privada de la finca, encendíamos las velas y acudíamos a desayunar con toda la familia que, a esa hora, ya se habían levantado. No recuerdo el contenido de nuestras conversaciones privadas y diarias entre mi sexagenario abuelo y yo, su nieto más pequeño, pero, sin duda, debieron calar hondo en mi mente y, sobre todo, en mi corazón, a juzgar por los resultados…

Hoy, como suelo hacer una vez al año, he almorzado con mi tío de 75 años de edad, el único hijo de mi abuelo que vive. Y como cada vez que voy a su casa, después de comer, hacemos una sobremesa larga y densa hablando de nuestra historia familiar! Mi propio tío afirma que yo soy como su padre, mi abuelo, todo corazón, una buena persona, romántica y honesta, con muchas aficiones comunes a él, como escribir, pintar y todo lo referente a la cultura, además de mi innata curiosidad ante todo lo que me rodea. Según él, ese es un don que pocos tenemos! Y esa tarde mi tío me preguntaba si yo tenía también el mal genio de mi abuelo, como persona muy exigente que era en todo lo que emprendía en su vida. Yo le he respondido que, tras el mal genio de las personas se suele esconder el dolor… y que, aunque quizás antes lo hubiera tenido, hoy soy incapaz de enfadarme, que de mi corazón -al que sigo fielmente, siempre que puedo- hoy solo brotan buenos sentimientos… incluso en las situaciones más adversas!

Y la verdad es que siempre me he preguntado cómo pudo vivir mi abuelo esa vida clandestina y romántica que muy pocos tuvimos el placer de compartir! Particularmente, hoy soy incapaz de simular mis emociones y sentimientos… y llevar una vida paralela con ellos. Él estuvo casado toda la vida con mi abuela, una persona fría y distante donde las hubiera, alguien de alta alcurnia que impuso una vida familiar austera, dogmática y carente -según creo recordar- del más mínimo afecto! El deber de clase afrancesado de alguien que pertenecía a una privilegiada casta de supuestos y engreídos couche de Jupiter (como mi madre decía), en la que su marido, mi adorable abuelo, de grandeza personal pero humildes costumbres y labio fácil, supo siempre estar, sin levantar suspicacias ni desvelar su corazón sensible y su enorme humanidad, muy lejana de esas arcaicas costumbres sociales de la época… y de su propia esposa! Y mi abuelo, ahora pienso, tenía su vida real, plena y clandestina con otros amigos e intelectuales como él -como, por ejemplo, el poeta Foix, su fiel amigo Marquet Massó y su esposa Rosita o el padre de Joan Bassegoda i Nonell, responsable durante años de la Cátedra Gaudí-, con los que compartía una profunda amistad y, quiero entender, toda su sensibilidad, idealismo y su enorme corazón…

Personalmente, aunque no tuve ocasión de conocerlo demasiado, ahora creo sinceramente que mi abuelo no fue un hombre feliz, de ahí su esporádico mal genio. Ahora pienso que no dejar hablar al corazón ni vivir según él para guardar la compostura social que dictaba mi abuela y su sociedad bienpensante, siempre se paga! Quizás, aún pareciéndome a él en lo esencial, ya resulto una versión mejorada de mi abuelo, pues yo pretendo hacer en mi vida todo lo que mi abuelo no tuvo el valor de obtener de la suya! Tal vez no tendré la posición social y económica que él tuvo la posibilidad de conquistar, ni saldré en la Wikipedia como él, pero creo que nunca tuvo la felicidad que hoy yo busco en la vida, cada día. A veces pienso que mi propia vida es una novela romántica y algo caballeresca, en la que el protagonista soy yo e impongo el amor como guía de todos mis actos de mi vida! Es verdad, como mi propio abuelo escribo, pinto, fotografío, dibujo… pero no me escondo tras todo ello, sino que siento y vivo tal como siento, cada día, con valor, libertad y tesón! La vida dirá si tendré o no su grandeza como ser humano, pero sí tengo su mismo corazón charlatán… aunque espero no tenerlo que esconder -como él al parecer hizo en su vida- y poder vivir siempre según su dictado a plena luz del día, aunque quizás el coste fuera mi soledad! O tal vez, sintiéndolo y viviéndolo así, por eso hoy me siento afortunado de haber hallado mi amor de verdad, de estar aprendiendo a vivirlo y sueño que cada día se haga más realidad!

 

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