- Te estuviste viendo con mi amigo El Horla, ¿no?
- Sí, mucho.
- Es un guía que tenés que aprovechar.
- No quiero verlo más, lo destruye todo.
- Tengo una mala noticia para vos.
- ¿Cuál?
- El Horla te va a acompañar toda tu vida.
- No insistas. Podría suicidarme por esa idea.
- No es algo necesariamente malo.
- Es que le tengo mucho miedo.
- Un día vas a aprender a convivir con él y lo vas a convertir en tu sabiduría, porque él es el maestro de tu poesía y quienes te quieren, quienes se acercan hasta vos, incluso quienes se enamoraron, seguramente lo hicieron porque él te acompaña.
- Preferiría poder dominar mis estados de ánimo y vivir con mayor simpleza.
- Te tengo otra mala noticia, entonces.
- ...
- El estado de ánimo es un don. Uno que ni a vos ni a mí no nos ha sido dado.