Comparto la carta que escribí el pasado 20 de diciembre a los Reyes Magos. Espero te guste y mandes energía buena para que se vea cumplida. Jesús Alberto Gil Pardo Madrid, 20 de diciembre de 2016 Queridos Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar: Os escribo hoy aunque no pensaba hacerlo hasta ese día en que vosotros estáis ocupados repartiendo regalos y yo me suelo encontrar solo aquí, junto al ordenador, en mi madrileña casa. En esta habitación que es mi ventana al mundo de las letras, la magia y los sueños. Sí, los 5 de enero ha pasado así, aunque no siempre, claro. Dicen que no estoy solo, que mucha gente me quiere, pero... vosotros bien sabéis que muchas veces es verdad que sí lo estoy. Vaya novedad, ¿verdad? ¿Qué os puedo pedir, entonces? Que el día 5 esta vez no esté solo, que pueda encontrarme siendo vuestro paje de alguna persona mayor que con eso sea feliz. Que sirva de fuente de la ilusión cada día con mis motivos para sonreír, mis imágenes de palabras y mis pequeñas acciones. Que, aunque sea una vez cada cierto tiempo alguien me diga: "Albertito, ven con nosotros que vamos a compartir un rato de tus sueños." Que encuentre nuevos caminos para recorrerlos de la mano de la sensibilidad y con la compañía de gentes buenas. Que, ¿por qué no? Reciba un regalo sencillo pero bonito, símbolo de la grandeza de quien me lo entregue. Quizá... una planta artificial pero muy bonita, o un bono para visitar algún lugar de ésos que a mí tanto me gustan, con su Historia y sus historias, su encanto y su poder evocador o un abrazo apretaíno de verdad, no sólo virtual.. No, no os voy a pedir ni una cámara de fotos _que las fotos las hago mediante el teleobjetivo de la imaginación_ ni un mapamundi _que para viajar, acariciando ya me vale_ ni siquiera el mar _que para navegar por él me apaño con buscar una melena en la que sumergirme_. No seré original si os pido salud y paz para cuantas más personas, mejor. Pero sobre todo para quienes me dedican su tiempo y pensamientos, que por eso han de tener enchufe. Pedir puede pedirse mucho, pero es que me da apuro pedir. Me gusta más dar aunque ni sea Rockefelerd Millonetis ni tenga pinta de hada. Ya lo sabéis: me gusta mirar a los ojos y transmitir esperanza, me gusta sembrar Vida, me gusta pellizcar los corazones, sí eso que alguien dijo... "¡jooooo, Albertito!" Ya me despido, queridos míos. Me despido ofreciéndoos constancia y esfuerzo, una copita de vino bueno, un plato repleto de un surtido rico, un frufrú de aroma a jazmín y una caricia entregada. Que no dejéis que se olviden de vosotros las almas sensibles, que sigáis llegando hasta el más pobre. Albertito P.D.: mis ojos ciegos buscan las estrellas en la sonrisa de los niños. P.D.: mis manos hambrientas se sacian en las mejillas de las mujeres que se dejan ver para mí. P.D.: Mi felicidad se prende en las ascuas de quien sonríe gracias a lo que hago. Vale.