Lucy Shaw no es la típica chica de quince años. Para empezar, vive en los aseos de hombres de Carnaby Street, en Londres, donde fue asesinada hace seis meses. Superada la tristeza de no volver a ver a su familia ni a sus amigos, Lucy se toma su nueva vida de fantasma con ironía y sentido del humor. Pero la rutina de su vida eterna se rompe al conocer a Jeremy, un joven que tiene la facultad de verla. Jeremy no es para nada su tipo, pero al menos está dispuesto a ayudarla. Una vez encuentran la manera de salir de ahí, Lucy conoce a otros fantasmas. Sin embargo, cuando Jeremy insiste en desentrañar las circunstancias de su muerte, no tendrá otro remedio que enfrentarse a sus mayores miedos.
Mi chica fantasma es una novela divertida y entretenida con la que pasar un buen rato. La historia tiene un ritmo rápido, los sucesos, las tramas se van desarrollando y cerrando con rapidez, lo que hace que sea un libro fácil de leer. Además Lucy que si bien al principio parece un pelín snob, pero a medida que avanza la trama, nos va conquistando con sus ocurrencias.Hay muchos temas actuales en la historia, desde el sensacionalismo en televisión, con Elvira, empeñada en sacar a Lucy en televisión, la historia de Hep, las "religiones" con la Iglesia de los queridos difuntos, romance...Para ser un libro relativamente corto hay mucha chicha en él.
"Estar muerto no era genial, pero tampoco era una porquería absoluta. Me volví a acurrucar contra Ryan y contemple la ciudad bajo el crepúsculo.-Me pregunto cómo intuir cuál es el momento de partir:-Quién hace poesía ahora? -se metió conmigo; sentí su risa bajo mi cabello-."