Revista Fotografía
Mi cobaya "pucherín" y yo
Publicado el 14 junio 2013 por Atom CobaltoIba a escribir sobre un par de temas: La gente que confunde los móviles con megáfonos y gritan, o las personas que cuando van por un pasillo no te dejan pasar porque van por el medio. Al final no me he decantado por ninguna de las dos y he preferido ir a darle de comer a mi cobaya. Un animal tonto donde los haya con permiso del camaleón que ni se mueve.
Vaya mierda de bicho la cobaya. Con lo grande que es la jaula y siempre está inmovil encima de donde hay más mierda. El resto de la jaula está impoluta. Pues no, a él le da por está encima de las cacas y pipis.
Pero de repente, un regüeldo me ha venido a la boca. Acabo de conectar con ella y resulta que llevamos vidas paralelas.
Pucherín, al igual que yo, siempre estamos con la mierda hasta el cuello. Ambos llevamos la misma vida: comemos, excretamos y volvermos a la mierda.
Pucherín mira por entre los barrotes. Sabe que hay vida después de ellos pero se resigna a permanecer en la jaula en su rincón favorito ( el de la caca ). A mi me pasa igual. Es ese estado de anhedonia que nos impide ser felices porque la Felicidad, no nos hace feliz.
A él le sobra con tener comida, agua y algo de heno de vez en cuando. Yo, lo mismo. Incluso paso del heno.
Pucherín siempre está ahí. Quieto, pensativo...porque, yo me pregunto, si se pasa todo el día quieto...¿En qué piensa? Es como preguntar a un ciego de nacimiento con qué sueña.
Todos tenemos nuestra jaula imaginaria pero a la vez real: el trabajo, la monotonía, el paro, las tareas domésticas...En la televisión, en la radio....siempre la misma martingala: crisis, corrupción, asesinatos, violencia...
Es como el día de la marmota: todos los días sucede lo mismo, pensamos lo mismo, nos molesta lo mismo y rabiamos con lo mismo.
Las conversaciones se han hecho ridículas:
- Hola! ¿Qué te cuentas?
- Nada.
Es increíble lo solos que estamos en la era de las comunicaciones....
Cinco personas reunidas en torno a un café. Nadie se habla. Todos chatean con los que no están y les escriben "A ver cuando nos vemos" y cuando se ven, no se hablan porque todos chatean con los que no han venido.
Hermosa ciudad de gente dormida...
Por eso Pucherín y yo somos compatible. Nos une la mierda y el nihilismo. Porque mi cobaya es nihilista. No lo he dicho.
Otro día os hablaré de una musaraña que se llamaba Bertomeu.