Revista Talentos

Mi experiencia como correctora

Publicado el 06 agosto 2024 por Clara R. Sierra @athalialalia
Cuando empecé a hacer cursos de corrección no fue para dedicarme a ello. Lo hice con la idea de escribir yo mejor. Releía mis post y veía muchas faltas de ortografía (la mayoría están hechas desde el móvil, pero no es excusa). Sobre todo, por mi esperanza de ser escritora.
Mi experiencia como correctora
Por casualidad vi en Facebook un post donde buscaban gente que había acabado un curso de corrección. Prohibían decir que colaborabas con ellos, ni ponerte en contacto con los autores, o te denunciarían. Eso me persigue, por eso no me gusta nombrar editoriales.
Corrigiendo mi primer libro estaba muy insegura, pero como nos dijeron que la segunda corrección la hacían otras correctoras, me dio calma. Disfruté muchísimo del proceso y me gustó formar parte de la creación.
Tiempo después colaboré con una editorial que vi pidiendo correctores por X (Twitter). Corregí tres libros en un mes: una novela, una novelette y un poemario. Fueron las mejores prácticas que pude tener.
La maravillosa escritora y mejor persona Ana Gueléz me pidió que le corrigiera un relato. Se lo iba a hacer gratis y ella insistió en pagarme por mi trabajo. Me hizo tanta ilusión que paré los encargos de la anterior editorial y aun así cumplí los plazos.
Ni siquiera sabía cuánto cobrarle. Estuve mirando la plataforma Fiverr y me guie por esos precios. Algo hizo clic, pensé que era posible trabajar en esto por libre y ella me dijo que si algún autor preguntaba por una correctora, me recomendaría.
Entonces surgió Sergio Álvarez Camacho en mi camino. Corregí Arcontes: Un mundo caótico por primera vez por libre y directamente con el autor. Es una de las mejores experiencias que me llevo. Gracias a que Ana Guélez me había recomendado.
Tomé el impulso de hacerme socia en UniCo (Unión de Correctores), me hizo muchísima ilusión tener mi carnet de correctora. Era como sentirme profesional, de verdad. No dejo de aprender cosas que me abren los ojos.
De otro impulso (sí, soy así o me lanzo o sufro parálisis por análisis) hice el perfil en Instagram de Athalia Servicios Editoriales hace justo un año. No se podía llamar de otra forma. Estoy pensando en llamarlo Athalía Ediciones (qué bonito, por Dios).
El problema es que los autores piensen que soy editorial. Mi idea es ofrecer servicios, muchos más de los que hago ahora… Estoy tomando cursos y ya me he puesto en contacto con algunas plataformas para ello.
Luego apareció Laura García-Martín y su libro El minuto equivocado. Cuando lo estaba corrigiendo, supe que era un éxito. Yo no suelo leer romántica y me tuvo enganchada. No me equivoqué, se vende como los churros de Manolo.
Esta fue mi primera clienta a través de la página, aunque creo que Sergio tuvo algo que ver. Siento que he suspendido la asignatura de promocionar y hacer posts bonitos para Instagram. Nunca es tarde para eso. Espero solucionarlo.
Volví a trabajar con Sergio Álvarez Camacho en el cuento Yo soy amor. Creo que esto es bueno, que un autor quiera volver a trabajar contigo. Salió un cuento precioso, que, si no recuerdo mal, salió en Navidad. Perfecto para los peques o no tan peques de la casa.
Mi experiencia como correctora

Entonces, hablando con Ali Vozme me puso en contacto con otra editorial y empecé a colaborar con ellos. Llevo desde diciembre, mi mejor y único regalo de Navidad. Otro ser de luz que se cruzó en camino.

En lo que llevamos de año he corregido tres novelas con la editorial y cuatro libros por libre. Está bastante bien, más cuando apenas me he promocionado por redes. Además, son libros que he disfrutado leyendo. También era un aliciente para corregirlos. Eso se agradece.
He tenido que dejar pasar ofertas, que estoy segura, de que también eran buenos libros, por falta de tiempo. Esa espinita duele. Me hubiese encantado colaborar con esos escritores, pero el tiempo es finito.
He aprendido a tener mi agenda a mano y llevar un registro: cuando me dan el libro, cuando hago la entrega, cuando recibo los pagos. Esto me ha hecho saber cuánto tardo en corregir un libro para cumplir plazos.
Me he dado cuenta de que cada libro es un aprendizaje. Se corrige con muchas pestañas abiertas y cada libro tiene unas características diferentes. Esto hace que te tengas que amoldar a sus necesidades, estar a su servicio.
He corregido con varias gripes (puede que alguna fuera eso que tememos), insomnio de varias semanas, con una botella de suero oral al lado del portátil, el fallecimiento de un familiar, la pérdida de un amigo de forma trágica…
A veces fue muy difícil concentrarme, otras me ayudaban a evadirme. Cuando tenía dudas me corregía a mí misma. He adorado poder escuchar el texto en la última revisión. No he entregado con dudas y solo una vez no cumplí el plazo. Otras veces he tenido que ir contra reloj.
Mi último libro corregido y maquetado ha sido La señalada que acaba de salir. Ha sido un honor trabajar con Alejandro Manzano Romera. La historia duele por su crudeza, pero lo dulcifica el sentirte identificado con el personaje que es entrañable.
Mi idea ha sido que todo era un aprendizaje y me serviría si quería seguir en esto. Es duro, necesita toda tu concentración y adaptarte a cada libro. Por ahora es mi trabajo principal y tengo que confesar que lo disfruto.
Hago prueba con el primer capítulo gratis, si te gusta como trabajo. En la primera corrección te enviaré tres archivos: los cambios de la novela, la novela corregida y un informe de corrección. Cuando lo veas, puedes aceptar todos los cambios o sugerir qué cambios quieres hacer y cuáles no. Realizo los cambios propuestos y ya te envío el archivo final.
Este archivo puede servir para autopublicarlo, donde también puedo hacer el maquetado del eBook y tapa blanda o enviarlo a una editorial. También colaboro con editoriales. No creo que haya solo un camino y el autor tiene la última palabra, ¿trabajamos juntos?

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