Miro desde el andén y me asomo a la vía. A veces, veo pasar mi vida ante mis ojos, como una película, tan rápido como el vagón de metro que está a punto de venir, para separarnos otra mañana. Otras veces, cuando tú no estás, reprimo las ganas de saltar y espero verte otro día. Lo que nunca me hubiera imaginado es que algún día se te ocurriera saltar a ti. ¿Eres tú también un loco de hospital? Me gustaban los días en que tenía a quién mirar, antes de que te hicieras pedacitos contra el largometraje de mi vida.