Revista Literatura

(Mi) Macondo.

Publicado el 30 septiembre 2011 por Gildelopez
Pueblo Chico, Gran Eden
Se acuerdan de Macondo? Todos llevamos dentro el recuerdo de un preterito idealizado, magico:nuestro Macondo particular. Yo era ninho y para mi todo Tacambaro me parecia nuevo, recien hecho.Conocia a toda la gente, que era toda, buena gente.La vida era sencilla y sin muchas complicaciones.En casi todos los ambitos habia dos grupos bien definidos y elegir entre cualquiera de ellos no era muy dificil: por lo general, la tradicion familiar te hacia pertenecer a uno u otro. Cuando digo en todos los ambitos es en serio: Eras del PRI o eras del PAN.Eras del Tigres o del Codallos. Eras colorin o eras chocho, etc.Aunque eran fuente de batallas memorables, epicas, estos antagonismos tan marcados no eran causa de division en el pueblo; al contrario: no se mucho de sociologia, pero creo que esas diferencias nos cohesionaban mas como una sociedad compacta y solidaria. El ecumenismo pueblerino hacia que a la hora de una dificultad personal o colectiva nos olvidaramos de esas diferencias que la contingencia nos hacia ver como muy pequenhas y siempre habia mas de una mano tendida para ayudar a los caidos. Si, surgian desaveniencias y enemistades temporales que sin embargo, no duraban mucho: no habia pleito que resistiera los buenos oficios de los amigos mutuos y ademas las reducidas dimensiones del pueblo provocaban que los rivales coincidieran constantemente, ya en algun paseo campestre, ya en alguna funcion del Cine Morelos (el unico local por mucho tiempo) ya en alguna de las muchas tertulias informales que eran tradicion en algunas de las tiendas del pueblo que a veces estaban llenas de gente que no iba a comprar, sino a platicar con el duenho o los amigos que ahi se daban cita en las tardes, etc.Esa convivencia tan apretada nos hacia sopesar las causas del encono y casi siempre concluiamos que no valian la perdida de una buena amistad. Entonces, como el orgullo frenaba el deseo de pedir perdon, simplemente dejabamos que el tiempo fuera disolviendo la materia que habia dado lugar a la ruptura y sin sentirlo un dia nos encontrabamos como los amigos que no hacia mucho habiamos sido. Hay una anecdota de esos tiempos, que a pesar de mis cortos anhos me impacto y quedo para siempre en mis recuerdos. No creo que nadie mas lo notara, porque, como digo, tales actitudes eran mas norma que excepcion en aquella epoca.Permitanme ponerlos en antecedentes: en el mes de diciembre se celebraban en grande las posadas: se escenificaban unas pastorelas bastante bien producidas y mejor actuadas por los vecinos del barrio en turno: cada dia, la posada era en un barrio distinto. Los vecinos se enfrascaban en la organizacion de su posada, tratando de que fuera la mejor. Desde los primeros dias del mes ya sabiamos el calendario y en donde seria cada una de las festividades. Todas eran buenas, pero recuerdo que la que mas nos gustaba era la de Fatima; el padre Eugenio se encargaba de su organizacion y presentaba unas obras muy realistas. Bueno, pues en cierta ocasion al llegar el tiempo de las posadas estaban aun frescos en la memoria los incidentes de alguna contienda politica en la que los protagonistas se habian atacado con todo. Durante la puesta en escena de alguna de las posadas me sorprendio ver participando en ella a dos personas que habian ocupado posiciones antagonicas y de primer nivel en los recientes conflictos electorales.Todos aplaudieron sus buenas actuaciones en la obra, pero lo que a mi me impresiono fue imaginar lo que habia detras de esa puesta en escena: horas de ensayos y de convivencia obligatoria, que ellos, pese a sus grandes diferencias habian sobrellevado, con el objetivo compartido de hacer un buen trabajo en la posada del barrio, del que ambos eran vecinos respetados.Lo que calo hondo en mi mente fue la leccion que con su actitud nos estaban dando: nos demostraban que habia cosas mas elevadas y permanentes que las que cualquier coyuntura politica, con su bajeza habitual pudiera enfrentarnos. Pense que eso solo era posible en un lugar de las dimensiones de aquel Tacambaro en el que de la plaza principal hasta sus orillas no habia mas de tres, maximo cuatro cuadras. Anhos despues, en una clase de economia politica en la preparatoria nos hicieron leer un libro del que sinceramente no recuerdo nada, pero cuyo titulo no olvido, porque cuando lo oi, pense que daba voz al sentimiento que en aquella temporada navidenha habia sentido por mi pueblo. El libro se llama " Lo Pequenho es Hermoso". Se acuerdan de Macondo..?
Santa Ana, CA, 28,septiembre, 2011.

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