Recuerdos de mi niñez junto a ella, mi magüela, abuelitita, lala, lalalá, o cualquiera de las otras formas de las que siempre la llamé. El olor de la navidad saliendo por el respiradero de la escalera de su antiguo piso, el olor a azahar, aquellas mañanas de hacer rosquitos, los infinitos días en el camping, sus abrazos colmados de amor... en momentos como este todo me recuerda a ella.
Es duro pensar que todo camino tiene un final, pero este aún acaba de empezar. Grandes momentos están por llegar. Grandes momentos repletos de amor y felicidad.