El polluelo de avestruz, de la historia, fue abandonado un día de lluvia por su mamá, que prefirió cobijarse de la lluvia a ocuparse de él, en la Granja Holly en algún lugar de Irlanda.
Los empleados de la granja preocupados por el polluelo, que estaba abandonado y no quería comer, por la tristeza del abandono de mamá, pidieron ayuda a Tim Morphew, su director, para que les diera alguna solución, para que el animalito recuperara la alegría.
Y Tim, encontró la solución, comprarle una mamá avestruz, tierna y blandita de peluche, que le hicieron por encargo, con quien ahora el polluelo, está feliz y contento, aunque casi es tan alto como mamá, ¿pero qué importa eso, si se siente querido?
En nada el polluelo estará en condiciones de valerse por sí mismo y podrá volver con sus congéneres y llevar una vida pacífica y feliz en la granja, sin echar de menos a la mamá que lo abandono, porque ha recibido la compañía y la ternura de una, que aunque sea de peluche, no lo ha dejado solo ni un momento.