Te presento a mi sonrisa favorita, la que pega con todo, la que guardaba para ocasiones especiales.
Te presento a mi sonrisa favorita. La de eventos excepcionales, la que se escapa con las coincidencias, la que hoy quise forzar al verte entrar por la puerta.
Esta es mi sonrisa, la verdadera, y te la paso por escrito, porque dudo mucho que la vieras.
Te presento mi andar favorito, el que no carga penas ni tristezas, el de la conciencia tranquila. Lo verás de espaldas, porque ya no me interesa cruzarte de frente.
Te presento mi auténtico caminar, el de los valientes, y te lo paseo de espaldas, porque tu dirección no me interesa en absoluto.
Se acabó el deshielo y derretirme por ti. Punto final al cambio climático y a la fiebre frente a ti. Llevo toda la vida creyéndote mi gravedad y mi centro, pero hoy me he demostrado ser cuatro estaciones desde cero.
Este es mi yo favorito, quien no espera nada de ti, quien cierra la puerta del sótano y sube la escalera. El yo que depende de mí y luce su mejor versión solo porque sí.