B tiene una temporada intentando cocinar a uno de sus pulpos. De niña, yo no me lo habría planteado; pero ella no es esa clase de sentimental. No deja de intentarlo en el sartén de verdad en la estufa de verdad, cuando se ha preparado algo con bastante aceite; al parecer, tiene claro que lo va a freír, porque no lo intenta cuando el sartén no tiene aceite, ni en el comal ni en una olla.
Sobre ese no sentimentalismo, todavía resulta medio impresionante para su padre que su principal juego con muñecas es quitarles la cabeza para introducir algo en el orificio que queda donde sería la base de la cabeza; si es posible desmembrar el cuerpo, lo hace, y si es posible introducir objetos en las partes del cuerpo, también lo hace. Pero no imaginen que es una cosa simplona tosca. Pone atención y cuidado en la introducción de objetos y además, usa el hueco para formar un tambor, cubriendo la superficie de la entrada del hueco con un plástico; luego, hace música con toquecitos. Le gusta hacer eso con cualquier objeto que tenga un hueco y cuando ve una muñeca, lo primero que hace es averiguar si podrá convertirla en una serie de objetos con hueco.
Silvia Parque