El 7 de mayo me fui con la bicicleta a recorrer la Vía Verde la Jara junto a mi padre y mi primo Ángel. El único que iba preparado para tal hazaña era mi padre, que está más acostumbrado a hacer ejercicio.
La ruta empezaba en Calera y Chozas, aparcamos allí el coche y antes de salir comimos un poco para coger fuerzas y aligerar peso. Después cogimos las bicicletas pensando que iba a caer un chaparrón, pero al final sólo cayeron unas gotas.
Pasamos por muchos túneles, al principio eran cortos y se veía algo de luz, sin embargo en los túneles de más adelante la oscuridad dominaba y no se veía absolutamente nada, y mi linterna apenas alumbraba. En la foto se ve algo de luz pero es por el flash de la cámara, en ese momento estábamos totalmente a oscuras.
En el kilómetro 30 más o menos nos encontramos con una casa en ruinas, íbamos a comer allí pero empezó a llover y para que no mojarnos al final tuvimos que comer en un túnel a oscuras alumbrados por una minúscula linterna que llevábamos, no fue una comida muy “campestre”.
En ese lugar también grabé algún vídeo de la lucha que mantuvieron mi padre y mi primo con las pilas de la linterna… jajaja
Cuando hacíamos el camino de vuelta yo ya estaba totalmente destrozado, no sentía las piernas ni el culo jeje. Mi primo y yo aguantamos de milagro hasta el coche, la vuelta era cuesta abajo, por suerte. En las fotos se puede ver la evolución de mi estado, primero aparezco sonriente y poco a poco la cara se me va desencajando hasta llegar a un estado de cansancio extremo. A ver si adivináis en qué punto de la ruta estaba en esta foto en la que estoy con los pelos al viento:
No pudimos hacer la ruta entera, que son 52 kilómetros, no estábamos preparados para tanto, pero espero que dentro de poco podamos volver y acabarla.
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