Chispita, Chispa...
Hace un año y unos meses llegó a nuestro hogar un nuevo habitante, Chispita o Chispa, un agrifoncilla de color canela (que reconoceréis por otros post).
La verdad es que es una perrita peculiar, con algunas similitudes al resto de habitantes de mi mundo. Es algo comilona, como la hermanísima, y con algo de genio, como mi Santa madre. Pero, respecto a mí... creo que tiene algo, pero estamos buscando lo qué.
Lo que sí es todo un personaje.
Presuntamente, cuando traes a casa un perro para hacerte compañía es para que te acompañe a andar, corra contigo, conozcas gente, disfrutes de la naturaleza... es decir, tenga cierta actividad física. La realidad es otra, o por lo menos no ocurre lo mismo con Chispita.
Para Chispa, su vida ideal sería estar durmiendo en su cama perruna al lado de la cocina de leña, en invierno, o tirada al sol todo el día. Con la única actividad física que consiste en... 1º Desplazarse al comedero a beber o comer y 2º Salir a hacer sus "cosillas" en el exterior. Para todo lo demás, sería un esfuerzo extra innecesario.
Sin embargo, todos sabemos que de vez en cuando tiene que aparentar que se mueve algo, por eso de agarrotarse las patas y los huesos, así que sobre las 19.30 decide activarse, realizar unas cuantas carreras, saltos y mordeduras hacia tu brazo, que duran 30 minutos, suficientes, para volver a regresar a su cama/ posición inicial y dormir.
¿Logrará activarse o seguirá preparando las oposiciones conmigo desde su cama?
Continuará...