Entonces descubrí, que mis lecturas eran la prolongación al afecto personal de sus autores. Nunca encontré un puto libro de Santiago en mi ciudad o en mi país y aspirar el olor de sus letras hasta encontrar los rincones perdidos de la vida de Mario Santiago era inútil. Conseguí con el tiempo leerlo en blogs y revistas digitales.
Descubrí una carta de Bolaño a Mario Santiago. Carta que no tuvo contestación por parte de Mario y que solo hizo escarbar aun más en mi, el deseo de conocimiento por la vida de Ulises Lima.
A mi me hubiera gustado interrumpir a Paz con mis poemas y sentir la ira de Don Octavio.
A mi personaje favorito la vida le sonrió al final, cuando su amigo Bolaño nos lo presenta en uno de las novelas mas fascinantes que he leído jamás. Cuando veo en el estante "Los detectives salvajes" me viene a la mente una fotografía que descubrí de Santiago en el D.F. Una foto triste con fondo de alcohol y abandono, o quizá sea esa la poesía de Ulises Lima. Les dejo la carta de Roberto Bolaño, a mi me produce la tristeza de la amistad perdida.
Mario Santiago.
"Estoy con las ventanas abiertas, afuera llueve, una tormenta de verano, rayos, truenos, esas cosas que excitan o que impelen a la melancolía. ¿Cómo está México? ¿Cómo están las calles de México, mi fantasma, los amigos invisibles? ¿Sigue en pie Al Este del Paraíso o ya entró en el sueño de los justos?. Cuando mejore mi economía apareceré por tu casa una noche cualquiera. Y si no, es igual. El trecho que recorrimos juntos de alguna manera es historia y permanece. Quiero decir: sospecho, intuyo que aún está vivo, en medio de la oscuridad, pero vivo y todavía, quién lo iba a decir, desafiante. Bueno, no nos pongamos estupendos. Estoy escribiendo una novela donde tú te llamas Ulises Lima. La novela se llama Los detectives salvajes. / Un fuerte abrazo. R.”,Antonio Rodríguez es autor del blog Oscilaciones