B ama las frutas. Se emociona, las lleva a su boca como el primate que es, con verdadero gusto del alma.
Hoy sacamos de una bolsa, cinco naranjas, tres plátanos, dos mangos, una manzana y dos tomates. Fue un buen rato de tocar, manipular, acomodar, y usar palabras para nombrar colores, tamaños, cantidades.
Cada fruta tiene lo suyo: la naranja puede rodar, los plátanos vienen en penca y al arrancarlos queda el tallo, del mango no queda claro si la cáscara está sabrosa o no -mordió un mango, un plátano y un tomate-.
Corté una naranja y se la comió. Es muy buena aprovechando el jugo. Come con la sabiduría de la especie.
Silvia Parque