Mi primera vez...
Publicado el 10 julio 2009 por SanchezCuando se va a iniciar un viaje de vacaciones siempre surgen dudas, pero si ese viaje es organizado y nunca antes se ha ido con quien lo organiza, las dudas son aún mayores. Son días previos llenos de incertidumbre y de preguntas aún sin respuesta. Aunque queramos aparentar que no nos importa, no es así. ¿Seremos muchos? ¿Me integraré bien con la gente del grupo? ¿Estará todo demasiado organizado o habrá tiempo suficiente para hacer cosas por libre? ¿Cómo será el destino? ¿Y el hotel? ¿El viaje será cómodo o un coñazo?
Como podéis ver, las preguntas eran muchas. Por si era poco con estas y otras preguntas, había otra novedad en el viaje que desconocía: los monitores. Al no saber cual era su papel ni la forma de actuar, surgían más preguntas sin respuesta.
Pero como todo tiene un principio y un final, llegó el día de la salida y por tanto del primer encuentro. En este caso, lo reconozco, el mío fue de los peores.
Llegué con mi compañero al Aeropuerto de Barajas ilusionada y temerosa. De repente el mundo se me vino encima, había perdido el carné de identidad en el traslado de autobús (en Asturias, el Alsa) en la estación de Atocha ya que fuimos en uno hasta dicha estación y allí cambiamos a otro que nos llevó al Aeropuerto, Terminal 2.
La primera en la frente. Me presenté al monitor; David, para comentarle mi problema — debió de pensar: como todo el viaje sea así…— e intentar buscar una solución porque ya me veía en tierra viendo como los demás seguían con el viaje. Todo fue rápido. Llamadas, desesperación por mi parte y final feliz. La compañía accedía a que viajara previa denuncia en la policía de la pérdida del carné y con la condición de obtener un nuevo carné en el lugar de destino: G. Canaria.
La segunda persona que conocí, Mónica, monitora y quien me acompañó a la Terminal 4 donde se encontraba la comisaría de policía para efectuar la pertinente denuncia que sería mi tabla de salvación. Hubo suerte. Regresamos con tiempo para facturar y emprender el viaje en avión rumbo a las islas. Prueba conseguida.
El viaje fue tranquilo y corto. Llegamos al hotel con cierta rapidez y, debido a los nervios pasados, deshice la maleta con calma y me quedé en la habitación un ratito para descansar. Lo necesitaba.
El siguiente paso el más importante, bajar a cenar y comenzar el contacto con los compañeros de viaje. Era un manojo de nervios (no me había servido mucho el descanso previo en la habitación, debo admitirlo). No pudo ser mejor. Era una pareja de Cantabria, cercana a mi lugar de origen.
Después de la cena subimos al salón donde se realizaba, según el día, diferentes actos de animación: Bingo, karaoke, actuaciones y baile.
No soy una adicta pero me encanta el baile. Siempre ha sido igual, así que al comenzar la música acabé saliendo a bailar. A continuación fue sencillo. Comienzas a hablar con la gente, a bailar entre todos y a soltarte dejando los nervios ¿Dónde? Muy lejos. Segunda prueba conseguida.
A partir de ese momento, sólo puedo decir que todo fue especial. Las excursiones acompañados por un guía, Juan Carlos, enamorado de su tierra y de su trabajo, lo que nos permitió enterarnos de los recorridos con detalle, pero también de muchas anécdotas y comentarios que aumentaron nuestro interés y, a veces, dieron lugar a animados debates entre el grupo. La primera excursión fue para recorrer la isla por la parte Oeste, desde Maspalomas hasta la capital, que sólo atravesamos en autobús, a la que volveríamos en la siguiente excursión pero por la parte Sur (aunque realmente sea la parte Este, al menos desde abajo, el Sur, donde estábamos). Otra excursión fue a un parque temático, creo que hubo alguna muerte muy real…¿verdad Esther?
A parte, por cuestiones de falta de adaptación, realicé una excursión en barco sin el grupo desde Aguineguín hasta Puerto de Mogán. Un viaje de una hora, cortito pero muy bonito. Sobre todo cuando se unen cosas tan importantes como los amigos, el sol y la brisa del mar. Un mar tranquilo que muy poco tiene que ver con mi adorado Cantábrico.
Además de las excursiones tuvimos tiempo para ir a la playa, la piscina, de compras por mercadillo de S. Fernando y a visitar el entorno de la zona donde estábamos hospedados: la Playa del Inglés.
Lo mejor: las juergas que montábamos por las noches en el salón. Las dos primeras ganamos en el bingo sendas botellas de champán que compartíamos con todos los compañeros y después, la armábamos en la pista. Acabábamos bailando todos. Pero la guinda, como en toda tarta o pastel que se precie, fueron una boda simulada —con vestido de novia improvisado y atuendo para el novio, bigote y perilla pintados así como la corbata. Sin olvidar los anillos de gominola—, una celebración anticipada de aniversario —con un juego lleno de picardía pero con mucho humor— y el regalo final a quienes tanto teníamos que agradecer por excederse en su trabajo, David, Mónica y Esther, los monitores. Cómplices de todo lo que organizábamos, con una creatividad genial y un maravilloso sentido del humor. Bueno, menos del regalo final a ellos, que lo hicimos siempre a escondidas para que no se enteraran y lo conseguimos.
Otras veces salíamos a tomar alguna copa por la zona y terminábamos en la zona de más marcha y más concretamente en El Gaucho, donde un chico joven, guapo y tremendamente alegre, Josué, nos atendía y estaba pendiente de cualquier cosa que necesitásemos (como prestarnos unas mantas el día que estaba más fresquito. Gracias, sabemos que te llevaste una bronca del jefe por ello).
Y para terminar, lo más importante: la amistad, la convivencia y el cariño entre todos los que formábamos el grupo.
Así que para finalizar este pequeño y humilde resumen, sólo puedo dar las gracias a los organizadores, COCEMFE, a los monitores y a todos los que compartieron estos días conmigo por hacerme pasar unas vacaciones inolvidables.
Covi Sánchez
1ª viaje a G. Canaria – Junio 2009 – Organizado por COCEMFE.
P.D.: no especifico nombres de los lugares visitados para que la próxima excursión los descubra como hicimos nosotros.