Mi vecino cabrón

Publicado el 20 diciembre 2010 por Candelasevilla

Creo que nunca os he contado sobre mi vecino.
Afortunadamente, es vecino de pared, pero, pertenece al bloque de al lado. Con lo cual, le he visto la cara dos veces en mi vida.
Todo empezó justo cuando el vecino de abajo tuvo un crío. Un infierno de crio, por cierto. Toda la noche llorando. Sus padres, todo el tiempo dándole y dándose voces.
En los contados momentos en que no gritaba nadie, ponían la tele a todo lo que daba, sería por rellenar el silencio, que debía resultarles molesto. Claro que, también estaba la posibilidad de la tele, el niño, y los padres, todos al mismo tiempo.
Mi vecino cabrón, tomó la costumbre de darme porrazos en mi pared, cuando mi vecino de abajo, el de la orquesta, tenía función.
La verdad, a mi la orquesta, con tapones en los oídos, como duermo, llegaba incluso a ser una agradable nana. Lo que me sacaba de quicio eran los porrazos de mi vecino en la cabecera de mi cama.
Un día, el cabrón vino para echarme la bronca:
- Pones muy alta la tele. Y la radio.
- No tengo ni tele ni radio en mi habitación. Soy de la opinión de que las habitaciones están para dormir y para otras cosas, entre las que no contemplo ver la tele.
- El niño no para de llorar y de gritar.
- Ciertamente. El niño del vecino de abajo.
Ese mismo invierno, a las tres de la mañana, hacía una noche de esas de peli de miedo. Lluvia, viento. A esa misma hora, me despertaron lo que pensé que eran truenos, y lo que confirmé que eran unos golpes enormes de mi querido vecino de pared.
Me puse la bata. Me bajé al portal de su casa. Me presente en su puerta.
- Qué, nada mejor que hacer a esta hora? No te expliqué que no tengo tele, ni radio, ni niño llorón, ni leches?
- Bueno, pero, como no puedo darle golpes en su casa al vecino, porque no me pilla abajo, se los doy a la tuya.
- Ah. Y qué pretendes, que los transmita como si fuera yo un tam-tam? Mira, prueba a dejarme en paz, y, si tienes problemas con el vecino de abajo, vas y se lo dices. A mí, realmente, quien me molestas eres tú. A lo mejor te da miedo molestar al vecino de abajo porque es un tío, verdad? Tú tienes todos los papeles en regla, mohamed? Las leyes de este país son algo estrictas con ese tema. Creo que voy a enviarte a unos cuantos policías para que lo averiguen.
Después de esa charla, no volvió a golpear mi pared. A su mujer, no lo tengo tan claro. No me pareció normal que la señora se quedara a unos pasos detrás de él, sin abrir la boca siquiera, como si yo fuera radiactiva.
Me queda sólo una curiosidad. A ver, repasemos, el protestaba por:
- La tele.
- La radio.
- El niño llorón.
- Gritos (de hombre?? En mi habitación??)
Como se puede comprobar fácilmente, ninguna de esas cosas pasaba en mi habitación.
Pero… ni una sola palabra de protesta, ni un solo golpe de pared inoportuno, por un gemido más alto que otro, por un grito de gusto, que, en mi habitación, eso sí que pasa, afortunadamente. Misterios de la naturaleza humana, supongo.
Muchos besos, queridos fantasmas.Sigue leyendo