Revista Talentos

Mi vida no tiene puertas giratorias. No insista

Publicado el 07 septiembre 2014 por Xilenaenellimbo @XilenaEnElLimbo
Mi vida no tiene puertas giratorias. No insistaHay gente que se piensa que tu vida tiene puertas en plan taberna del oeste y que puede entrar y salir de ella cuando quiere. Dando una patata. Se van, la cagan, se dan cuenta e intentan volver. Como un elefante en una cacharrería. Pero vamos a ver. Si te fuiste sin avisar, qué narices te hace pensar que quiero que vuelvas. Y más así. Si vuelves, toca la puerta y pregunta si se puede. 
Somos unos maleducados emocionales. Sí, sí, dije somos. Entramos y salimos de la vida de la gente a placer. Salimos a la francesa y volvemos como si fuera una puta puerta giratoria. Y tenemos los huevos de exigir que todo sea como antes de desaparecer sin decir adiós. 

Y hablo de amistad. De parejas. De familiares. De todo. Que ya nos conocemos y tengo claro por qué derroteros van vuestros pensamientos. Y no. Eso no es. Que para volver, aunque sea abriendo la puerta de una patada, hay que tener huevos. Y tampoco.

Bueno... Huevos y mala educación emocional, ya os lo dije.
Pero el problema no es del que patea la puerta. Por intentarlo que no quede. El problema es de quienes nos dejamos patear la puerta. Somos tarados. Muy. Yo a partir de ahora lo que voy a hacer es poner una plancha de metal detrás de la puerta. Ya veréis qué risas cuando den la patada... Y reboten.
Así que ya sabéis. Las patadas a la puerta y lo de irse a la francesa, por donde la cerveza sin alcohol y el café sin cafeína. 

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