Sentir que el camino tiene un destino increíble, sin olvidar que el trayecto es el regalo que llamamos vida.
Sentir que la vida es un lugar donde
Sentir que un rayo verde -como el primero del amanecer- existe e ilumina mi historia durante un segundo, suficiente para caminar con la cabeza alta, los sueños enraizados, la fuerza desde el alma y la sonrisa desplegada como paracaídas emocional.
Sentir esperanza es paisaje verde -tal vez del Norte-, aún en la oscuridad, tengo un tesoro dentro. Guardo el color que me ancla en mi vida, me alienta y me transforma. Razón de ser. Esperanza que moldea y mi vida sigue siendo imperfecta pero ahora es un lugar más sereno.
No tengas tiempo para tener prisa.