Levantó la mirada con seguridad, y miró el reflejo que años atrás le veía crecer, en silencio, en admiración.
Juraste que aquella máscara que te creaste hace años sería solo momentánea, que te serviría poco, e ignoraste que, las máscaras, tarde o temprano, se adhieren a la piel. Te aterraron tanto tus propios sentimientos, que decidiste cubrirlos con un falso optimismo. Podrás hacerle creer a todos sobre tu supuesta felicidad y positivismo infinito, pero a mí no me puedes...Por un momento pensó que había sido su imaginación, se asustó y tapó su boca como acto reflejo ante la confusión. El tiempo casi se detuvo, iba lento, espantosamente lento. El reflejo en el espejo bajó la mirada a modo de desaprobación, para después mirarle una vez más directa y fríamente a los ojos. Abrió la boca lentamente, y comenzó a dar una respuesta, como si hubiese escuchado sus pensamientos previos.