Microrrelato: reloj no marques las horas...

Era un placer quemar los últimos días de Marzo pensaba, mientras miraba cómo los rayos del sol entraban por la ventana del quinto piso, recalentando la piel de sus piernas justo donde terminaba su falda.
Cuántas horas llevaba en esa postura en el sillón? Miró el reloj del Pato Donald que su hija le había puesto en su muñeca derecha cuando se despidieron en la puerta del cole, junto con un abrazo y un beso de gnomo, y calculó mentalmente, unas dos horas. Aún no había comenzado el sufrimiento, ese cuando la quemazón le acongoja el estómago y termina vomitando la bilis, ese cuando le arde la cabeza y no puede parar de sudar por todos los poros de su cuerpo, ese cuando se le nubla la mente y todo lo ve y siente negativo y no quiere ver a nadie -ni a su hija- solo morirse, ese que estaba ya al acecho a pesar de la sonrisa esférica de Donald.
Le pareció que el sol entraba con más intensidad por el ventanal y se tapó las piernas con la rebeca para evitar quemárselas, pensó en la crema de protección solar... Miró hacía arriba, aún le quedaba media bolsa de líquido rojo oscuro conectada a la vía de su brazo izquierdo, reclinó hacia atrás el sillón, cerró los ojos y se recolocó la peluca.



P.D.: "La postdata hoy es una dedicatoria... a mi madre que luchó en esta prueba y venció y, a mi querida amiga María que también, y son en mi vida, dos ejemplos de valentía."

MariCari, la Jardinera fiel.

{¡B U E N A_____S U E R T E!}♥ ღ ♥