Al despertarse, sospechó que cada día sus sueños eran más escasos, más cortos y más pobres. No producían ya aquellas escenas de onírica belleza. Se levantó y se dirigió al ordenador. Abrió su facebook con decenas de vídeos y fotografías compartidas con sus amigos. Consultó el whatsapp: 18 fotografías y 10 vídeos nuevos. Se fotografió afeitándose y envió la foto a su cuenta. La compulsión fotográfica continuó a lo largo del día... Tras acostarse, su sueño fue un poco más corto aún.
Jesús Marcial Grande Gutiérrez