¡Bienvenidos al segundo microrreto! Seguro que muchos habréis reconocido a Doraemon, el gato cósmico. Un personaje que nació en los manga (cómics o tebeos japoneses) el 1 de diciembre de 1969, para después dar el el salto a la televisión con una serie de dibujos animados que sigue abierta en la actualidad.
Desde luego que para que un personaje sea capaz de prolongar sus publicaciones durante cincuenta años debe tener algo especial. Y este lo tiene. Para los que no lo conocíais se trata, como he mencionado, de un gato cósmico venido del futuro para intentar encarrilar a un niño un tanto vaguete, Nobita. Destacan en su apariencia la falta de orejas, su pelaje azul y su gran cabeza. Pero lo más interesante se esconde en su panza, o más concretamente en lo que saca de ese bolsillo de fondo infinito.
¿Y qué saca de él? Bueno, la verdad es que cualquiera desearía usar en alguna ocasión los inventos con los que nos sorprende en cada episodio. Un lápiz ordenador que hace los deberes del colegio sin que sea necesario pensarlos; un megáfono autentificador de mentiras con el que jamás podrás mentir; un televisor que transmite lo que están soñando tus seres queridos; galletas con formas de animales que al comerlas hacen que te conviertas en uno; un pase todopoderoso que te permite acceder a cualquier lugar; una puerta mágica con la que puedes desplazarte donde quieras...
La lista, tras cincuenta años, es interminable y si queréis podéis pasar un buen rato descubriendo más inventos en la página oficial de Doraemon. Todos son ingenios que hubiéramos querido poseer en algún momento de nuestra vida. Objetos mágicos que nos permitieran cumplir con nuestras obligaciones, conseguir nuestros sueños o, simplemente, librarnos de las tareas más desagradables. De esos objetos, la Literatura está llena: la capa de la invisibilidad de Harry Potter; el anillo de Mordor; la lámpara de Aladino; el espejo de blancanieves; la espada Excalibur...
Las historias que poseen un objeto mágico como eje de la trama raramente el protagonista consigue lo que desea mediante ese objeto y solo su esfuerzo será el que lo lleve a su objetivo. En otras ocasiones, son un vehículo narrativo para contar una historia de fondo. Como hizo nuestra compañera Sara Nieto en Mi leica mágica, uno de los relatos ganadores de la 1ª Temporada del concurso de El Tintero de Oro, en el cual presentaba una cámara de fotos que situaba a la pareja en un fondo imaginario que variaba en función del estado de su relación.
Pues este es el reto, estimados y estimadas.
MICRORRETO Nº 2: EL OBJETO MÁGICO
Estas son las bases para participar en este microrreto:- Escribir un microrrelato cuya extensión será como máximo de 450 palabras, y cuyo único requisito es que contenga un objeto mágico como eje de la historia.
- Publicadlo en vuestro blog. Si queréis, podéis incluir esta imagen:
- Añadid el enlace a vuestra publicación en los comentarios a esta entrada.
- El plazo será hasta el 15 de octubre.
- La revista digital con los micros participantes se publicará la última semana de octubre.
Conforme vayáis añadiendo los enlaces en los comentarios, los incluiré en la siguiente lista:
MICRORRELATOS PARTICIPANTES HASTA EL MOMENTO
1. ....¿Qué os parece? Creo que es una oportunidad estupenda para dar rienda suelta a nuestra imaginación. ¿Qué objeto os cambiaría la vida? ¿Qué consecuencias no deseadas podría acarrearnos?
¡Saludos tinteros!
¡Ah! Y el 30 de septiembre...
Muy pronto, los micros del anterior Microrreto en el nº 1 de El Tintero de Oro Magazine