Microrretos: ¡cita a la vista!

“Ningún hombre necesita tanto unas vacaciones como la persona que acaba de tomarse unas”.

    —¿Ya?
    —¿Cómo que ya?
    —Que si salgo ya.
    —Pero, Pepe, ¡si la entrada está en marcha!
    —¡¿Cómo que en marcha?!, eso se avisa, David.
    —¿Que se avisa? ¡Venga dale!
Esto... ¡Hola a todos y bienvenidos a una nueva temporada de El Tintero de Oro! Me alegra mucho tener el honor de presentar esta nueva entrega de microrrelatos. Yo..., a ver..., tendréis que perdonar este pequeño inciso. Pero es que... Ya sé, ya sé; aunque no es lo que estáis pensado. No obstante... Vale, ¡lo reconozco!, pero es que yo siempre estoy nervioso. Sin embargo, lo que en realidad me pasa ahora es que aún no me he repuesto del todo del descanso de las vacaciones. Es cierto, no os riais. La frase de Elbert Hubbard con que abre la entrada viene al dedo. Aunque a mí me gusta más una que dijo Mark Twain, La clave para tener éxito es hacer de tu vocación, tus vacaciones, y la verdad es que tiene razón. Los dos, de hecho. Y no porque todo lo que sea hablar de vacaciones parece estar imbuido en su magia, Unas vacaciones perpetuas serían una buena definición del infierno, como diría George Bernard Shaw, sino porque son citas que han perdurado al tiempo.

¿Tenemos una cita?

Ya lo dijo Dante, De una pequeña chispa puede prender una llama. Y un poco de eso tienen las citas. Sobre todo las de escritores. Esas llevan el peso de la literatura detrás junto al nombre del genio que las citó. Y es que, Nada es tan increíble como para que la oratoria no lo pueda transformar en aceptable. Qué cosas más raras decía Cicerón, pero qué razón tenía. La literatura es tan profunda, vasta y grande que cuanto más nos adentramos más nos abrumamos e impregnamos de su grandeza. Porque La verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes, y Dickens sabía muy bien lo que se decía. Sin embargo, yo creo que lo que nos atrae de ellas no es esa sensación de querer formar parte de algo tan grande, sino el sinfín de cualidades que salen de sus letras.
    Hay de aquellas que nos hacen pensar, o promueven el pensamiento, como la de Regreso a Howards End de E. M. Fosters, La muerte destroza a un hombre, la idea de la muerte lo salva. Otras que a parte de hacernos pensar nos deslumbran por su belleza, Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya (El Principito). Otras que simplemente nos fascinan por la lógica de sus palabras, como cuando León Tolstoi dijo eso de Cuando se ama a una persona se la ama tal y como es, aunque no sea como uno quisiera que fuese. Y qué decir de esas otras que nos ayudan en momentos de bajeza: La magia es creer en ti mismo, si puedes hacer eso puedes hacer cualquier cosa, Johan Wolfgang von Goethe.
    Sin embargo, y a pesar de todo, ¿es lo que dicen lo que nos impacta o lo que interpretamos de ellas?

“Lo intentaste. Fracasaste. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa Mejor”.

Es posible que hayamos leído muchas veces estas seis frases. Forman uno de los mantras más repetidos dentro del mundo de los emprendedores, escritores o cualquiera que se precio alcanzar una meta. Fueron arrancadas de Rumbo a peor, un texto de Samuel Beckett publicado en 1983, seis años antes de su muerte y catorce después de haber ganado el premio Nobel. A priori, podríamos pensar que es un recordatorio de que el fracaso no es más que un aprendizaje imprescindible en el camino hacia el éxito. Un tributo a pagar que será recompensado a posteriori y con creces. Pero en realidad, esto no tiene nada que ver con la intención del texto, sino con la inevitabilidad del fracaso; de la aplastante realidad de que tras él no necesariamente nos espera el éxito.
    Aun así, es innegable que con trabajo y esfuerzo se va a llegar más lejos, y después de todo, El éxito tiene tantos matices como opiniones hay el mundo. Eso no sé quién lo dijo, pero sí me llevó a cuestionar otras citas del mismo autor, como Oh, no haber sido nunca o Estás en la tierra. No hay cura para eso. Incluso me ha llevado a pensar en todas las demás; en si en realidad, esas mágicas frases, mantuvieron su intención o han sido transformadas a partir de un sentimiento o propósito.
    Así, y de ese modo tan extraño y revelador nació:

MICRORRETO: ¡Cita a la vista!

“Todos, muy dentro de sus corazones, esperan la llegada del fin del mundo”.

Si la frase de Samuel Beckett no se hizo famosa por la intención del autor, esta de Haruki Murakami me deja un poco descolocado. ¿En serio todos estamos esperando la llegada del fin del mundo? ¿O es una alegoría de que nos espera el mismo e inevitable final? ¿Este autor se toma las cosas muy a pecho? No sé, pero se me ocurren muchas interpretaciones. Algunas tristes, otras cómicas, unas cuantas distópicas..., pero todas válidas.
    ¿Y qué me decís de Anais Nin con Escribimos para inventarnos un mundo mejor del que conocemos? ¿O en quién estaría pensando Oscar Wilde cuando dijo eso de Sé tú mismo, el resto de los papeles ya están cogidos? Es más, ¿Por qué Bukowski pensaba que El camino del infierno estará lleno de compañía, pero aún así será tremendamente solitario? ¿Escribió George Orwell su Rebelión en la granja cuando pensó que En un tiempo de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario?
    Puede ser, pero incluso a piedra tirada, y con todo tan bien estudiado, hay cosas que se nos escapan, ¿verdad? Bien. Pues ahora tenemos la oportunidad de sacarlas a la luz. O por lo menos a imaginarlo, ya que Lo que hoy llamamos realidad fue imaginación ayer, y eso no lo digo yo, sino Saramago.

PROPUESTA DE ESCRITURA

Escribir un microrrelato a partir de una cita. Todo vale, ya sea una historia donde se desarrolle el momento en que creáis que al autor se le ocurrió la frase, el motivo real al que se cree que hace alusión, una alegoría del sentimiento que despierta, una interpretación totalmente distinta o simplemente la las ganas de compartir algo que dijo nuestro escritor favorito. Lo que sea. La historia puede ser de ciencia ficción, realista, fantástica o cualquier género. Eso sí, al final del relato tenéis que poner la cita que os inspiró junto con el autor.
    Por ejemplo:
"Ernesto abre los ojos. No sabe ni recuerda dónde está, aunque tampoco le importa. En su mente solo tiene una profunda sensación de náusea mezclada con la certeza de que miles de agujas andan aguijoneando su sesera. Permanece sentado, cabeza y brazos sobre una mesa blanca junto a sus vergüenzas y varias botellas de licor vacías. Eso le trae vagos recuerdos. La noche anterior se dio un buen atracón alcohólico. No recuerda por qué ni mucho menos cómo acabó. Solo que empezó con un vaso y la cosa se le fue de las manos. Aun así, da igual. Ahora toca levantarse sin que con ello pierda más dignidad.Con una trastabilla lo logra, se da la vuelta y se encuentra el frigorífico. Allí, ciertas fotos engarzadas mediante imanes de colores le saludan. Sin embargo, hay algo que le llama la atención: entre la estampa de su exnovia y una postal caribeña, encuentra una hoja medio desgarrada de la que sobresalen varios garabatos. No entiende nada. La letra es irregular y va recorriendo el folio como si fuera perdiendo fuerzas. ¿Qué será?, se dice. Niega repetidas veces en un microespasmo. Da igual. Tiene la mente tan seca como la boca. Entonces, abre la nevera y se topa con otro enigma: esta vacía. Vuelve al folio. ¡Claro! Es la lista de la compra, solo que cuando la escribió estaba en un estado lamentable y no es capaz de adivinar qué apuntó. Vale. Suspira y coge un bolígrafo. Aunque pese ha de hacerlo. Acto seguido reescribe:-Leche-Agua...-..."
A partir de la cita: Escribe ebrio, corrige sobrio, Ernest Hemingway.Podéis usar cualquier cita que os apetezca, sea del autor que sea y realizar tantos micros como queráis. Jugar con ellas hasta que os canséis. Y para que no digáis que os lo pongo difícil aquí os dejo algunos ejemplos donde podréis inspiraros:

Pincha en la imagen para acceder a las citas

  Como habréis comprobado hay citas para dar y vender. Y no me digáis que no es una gozada zambullirse entre ellas. Una gozada que puede ser muy divertida a la par que instructiva. Yo incluso me he topado con algunas que las he adoptado como filosofía de vida. ¿Y vosotros? ¿Conocíais muchas? ¿Os ha revuelto la imaginación?¡Os leemos!

REQUISITOS DE PARTICIPACIÓN

• Escribe un micro a partir de una cita con una extensión máxima de 250 palabras.
• Publica el microrrelato en tu blog.
• Deja un enlace a tu micro en los comentarios de esta entrada para que pueda añadirlo a la lista y que todos puedan leerlo.
• Tienes de plazo hasta el 30 de septiembre de 2022.
• Todos los microrrelatos serán publicados en formato de revista digital o ebook.

Puedes usar esta imagen para acompañar a tu micro

Bueno, Pues hasta aquí hemos llegado y desde aquí me despido. Muchas gracias a todos por venir, y perdón por los nervios del inicio que... ¡Ay, se me escapó! Vale, sí, me habéis pillado; eran nervios puros y duros, pero ya sabéis; es que yo siempre estoy nervioso. Un fuerte abrazo, nos leemos y recordad a Alejandro Dumas:

“La vida es maravillosa, solo hay que mirarla a través de las gafas correctas”

MICRORRELATOS PARTICIPANTES (Hasta el 30/9/2022)

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¡Saludos tinteros!