Revista Literatura
Midnight love blues
Publicado el 31 marzo 2015 por XabelgImaginad la ciudad de Los Angeles a finales de los años cuarenta. Un detective y una telefonista se conocen y se atraen, siempre en la noche, pues en el día llevan otras vidas. Se citan para recorrer los clubes clandestinos de la zona. De noche cruzan las fronteras prohibidas y lo saborean con disfrute. La voz protagonista, la perspectiva, es la del detective.
No se si esto valdrá como poema o canción, como prototipo o esbozo, pero rimar rima, un poco al menos. Desde luego es una improvisación, como casi todo lo que escribo. En esta primera incursión en los versos ruego me perdonéis que me salte toda metodología poética, que no conozco. Allá vamos:
Alto suena el saxo, reverbera la cantante con toda intensidad. Mágico momento, apreciemos el disfrutar del instante.
Gracias por el jazz que disfrutamos, que nos da momentos de placer y paz.
Aquí y ahora, abajo en el club Corazones Ardientes, donde la música tiene vida, te oigo sin que lo sepas suspirar entre dientes.
Mecido por la música a ti me adhiero. Pierdo mi dominio, te digo un te quiero.
Tu proximidad me hipnotiza, toco tu piel sintiendo que me posees, mi ser se incendia ansiando que tu también me desees, notando como tu toque me eriza.
Nadie nos mira, nos escabullimos a la desierta sala de juegos, entre mesas de billar alimentamos nuestros internos fuegos.
En el suelo, sobre abandonadas partituras damos rienda suelta a nuestras descontroladas temperaturas.
Olvidando el tiempo consumamos una abrasadora pasión, hasta que no podemos más y llega nuestra mutua explosión.
Somos amor de medianoche entre nubes de cigarrillo y melodías clandestinas, así lo preferimos y por ello no hay ningún tipo de reproche.
Soltemos las pasiones cohibidas al ritmo de las canciones prohibidas.
Somos amor de medianoche, en el Hollywood nocturno, dejamos que a nuestra inhibición la oscuridad desabroche.