¿Miedo yo…?

1)En un documental sobre Sur África el asistente social le decía al periodista: “Cuandovienen los inmigrantes les dejamos claro quien manda aquí... y quien nomanda”. Es importante eso de que sepasqueno mandas nada, que eres el último mono, que no tienes derecho ni al aire querespiras. Ponte en su lugar y verás.
2)El otro día cuatro adolescentes iban delante de mí en dos ciclomotores.Llevaban casco y no hacían nada extraño. Dos agentes motoristas que venían ensentido contrario, dieron la vuelta, me pasaron e hicieron parar a losmuchachos (para que vayan aprendiendo, seguramente).
3)¿Recuerdas aquel desagradable chiste sobre el hombre que de buena mañana lepega a la mujer por que aunque él no sabe porqué, ella si lo sabe? (o algoasí). Dices que quieres a tu mujer y descargas sobre ella tu frustración cortándolelas alas ¿Qué clase de amor se ese?
¿Cuantosejemplos más podríamos poner? Si nos paráramos a pensar un poco seguro que se nosocurrirían un montón. Es el miedo. Lo vemos por todas partes.
¿Ysi diéramos un pequeño paso más e intentáramos ver dentro? ¿A qué o a quién letengo miedo? ¿A que mi pareja me deje? ¿A quedarme sin trabajo? ¿A suspender unexamen? ¿Al “qué dirán”?
¡Caramba,cuantos miedos! ¿Miedo al terrorismo, y después, para que “nos defiendan deél”, miedo a que nos lean los correos electrónicos o nos espíen en las RedesSociales? ¿Miedo a que nos escuchen las conversaciones telefónicas, miedo a quenos vigilen las cámaras en las calles...? ¿Que no estaremos volviendo hacia losEstados policiales, como en los viejos tiempos, si es que alguna vez hemos salidode ellos? No se trata de tener impunidad si no de respetar la intimidad. Lospaíses que aplican los Derechos Humanos podrían contarse con los dedos de una manoy aún sobrarían. En definitiva, ¿qué es la autocensura si no una forma másde miedo?
¿Recuerdasalguna cultura de la antigüedad que no haya estado basada en la violencia y elmiedo? ¿Conoces alguna cultura actual (incluida la occidental, por supuesto) que no infunda el miedo a sussúbditos? ¿Cómo es más manejable la gente, con miedo o sin miedo? ¿Será naturalque el hombre tenga miedo? ¿Está condenado para siempre a tenerlo? ¿Es el miedoconsustancial al ser humano? Casi todo el mundo tiene miedo. Si soy un políticopienso que la oposición me cogerá en falta, o un compañero me dará una patada yme quitará el sitio, o tengo miedo de no sacar los votos que me piden desdearriba. Si pertenezco a las fuerzas de seguridad, tengo miedo a los superioreso a no llegar a la pensión, o a que “te metan un paquete”. Lamafia, la religión... todos dan miedo.
Tengomiedo a perder lo que tengo, aunque no sea prácticamente nada. Tengo miedo aestar equivocado y a errar en mi vida (de estos no hay muchos). Una cosa es laimprudencia, la inconsciencia y otra es el miedo infundado por infravalorarnos,por dejarnos avasallar.
 Y...una persona con miedo... ¿estábien? ¿Se encuentra a gusto? ¿Está en paz con sigo mismo?... ¿Piensabien…? ¿O somos un atajo de deficientes? Elmiedo destruye al ser humano. Cuando tenemos miedo le huimos y noqueremos enfrentarlo. Tenemos miedo de entender el miedo. Y después “hacemoscomo hacen porque no es pecado” y se lo enseñamos a los nuestros hijos, alos que tanto queremos y por los que sentimos profundo amor, que “la gallina de arriba caga la de bajo”. En lugar de respetar a nuestros hijosprocurando que descubran la libertadconsciente, vamos castrándolos desde pequeños poco a poco, cortándoleslas alas, y cuando son mayores son incapaces de ver más allá de sus narices,del egoísmo, de la mezquindad. Les hemos metido dentro de la cabeza unpatrón bien estrecho que impide que puedan ver con plenitud. Continuarándiciéndolo y continuarán cagando, pero nosotros lo veremos de otra manera.
 ¿“Elárbol se dirige desde pequeño” o hay que hacer bonsáis? ¿Se puede quitar elmiedo? Lo siento, pero si eres “mentalmente adulto” ya hemos hecho tarde, perosi aún tienes una “mente joven” puede que haya algo a hacer. Para estos últimosles diré: En primer lugar dejad estar los miedos de los otros, que cada unocargue con los propios, y en segundo lugar que cuanto más ataquemos al miedo,más tendremos. Sólo tenemos que estar atentos y cuando aparezca lo percibiremos;con todos los sentidos, lo observaremos con frescura, sin prejuicios, sinautoengaños, sin intereses, profundamente, cuestionando, explorando,descubriendo, sin condenar ni calificar... sin pronunciarse… y poco a pocoveremos como se difumina y acaba desapareciendo. No tengas miedo, ¡hazlo ya!
¿Cómode alto podríamos volar si no fuera por el miedo? ¿O tienes vértigo? ¿Miedo alas alturas?
Dales caña a aquellos que por sus propios intereses infundenel miedo en el Ser Humano.

Juan-Lorenzodalescana@gmail.com                                                       Más artículos sobre humanismo