Migrañas

Publicado el 23 mayo 2011 por Gasolinero

La migraña, también llamada hemicránea y jaqueca, además de ser un castigo bíblico por algún horrible acto cometido en alguna anterior vida, es un tipo de cefalea intenso que afecta habitualmente a un lado de la cabeza y que puede provocar nauseas, fotofobia y fonofobia. Hay dos clases de jaquecas, con aura, en la que aparecen los clásicos puntitos luminosos en la visión avisando varias horas antes del inicio del dolor de cabeza y sin aura, que es la más común y la que padece un servidor.

Aunque Lewis Carroll, es el migrañoso más famoso, ha habido una pléyade importante de célebres jaquecosos, que van desde Julio Cesar hasta Elvis. A modo de consuelo incluyo una lista de personajes que sufren o han sufrido dolores de cabeza, para alivio tuyo, si es que padeces este castigo adorado lector, y mio, en episodios de crisis cefaléicas, tal vez el saber que estos portentos citados penaban tanto como nosotros, nos haga más llevaderas nuestras crisis. Son:

George Seurat, Vincent van Gogh, Claude Monet, Sigmund Freud, Virginia Wolf, Federico Nietzsche, Miguel de Cervantes, Lewis Carroll, Napoleón Bonaparte, Gorgio de Chirico, Charles Darwin, Julio Cesar, Mónica Seles, Maria Tudor, San Pablo, Alexander Graham Bell, Charles Gounod, André Gide, Federico Chopin, Georges Sand, Blas Pascal, Honoré de Balzac, Gustave Flaubert, Victor Hugo, Richard Wagner, Leon Tolstoi, Thomas Jefferson, Karl Marx, Salvador Dalí, Gustav Mahler, Carly Simon, Elizabeth Taylor y Elvis Presley. Espero que esta nómina aplaque algo tu dolor.

Recuerdo un sábado por la tarde en Quintanar de la Orden, provincia de Toledo, en una discoteca a la que llegamos a bordo de un seiscientos. Comenzó a dolerme el ojo izquierdo como si me lo atravesasen con una aguja, con apenas dieciocho años, ahí empezó todo. Desde entonces he tenido que convivir con la jaqueca. Crisis espantosas, que han ido aumentando en intensidad del dolor con el tiempo y afortunadamente, se han ido espaciando. Me han hecho despertarme, llorar, terminar en urgencias, pasar noches en el hospital y probar nuevos y carísimos medicamentos que no han servido para nada. Es un dolor terrible, pues al estar en la cabeza, no puedes distraerte con el pensamiento; es prácticamente imposible realizar ninguna actividad, ni oír nada ni a nadie. Particularmente arduo es transmitir tu sufrimiento a los demás, quien no lo padece no se puede imaginar que duela tanto; al no tener signos físicos, como la cabeza arrancada de los hombros por ejemplo, es costoso que los demás comprendan el calvario de los migrañosos.

En una de las peores épocas, cuando los dolores de cabeza me atenazaban casi permanentemente, acabé en la consulta del neurólogo. Por entonces fumaba como un carretero y bebía como dos o tres cosacos encerrados en una dacha. Tras varios meses de espera, me hallaba a la puerta de la consulta presto a pasar. Sale una enfermera, me nombra y la acompaño dentro de la oficina donde me espera el galeno sentado a la mesa. Tras las presentaciones y saludos de rigor, me espeta:

—¡Desnúdese!

Y yo rememorando un viejo chiste verde de médicos, le digo:

—No se pitorree de mí, doctor. Vengo porque tengo jaquecas.

—Precisamente por eso se tiene que desnudar. —me dice, en ese tono de voz entre suficiente y engolado que solo saben emplear los médicos especialistas.

En ese preciso instante se sale la diligente diplomada y yo me digo, para mi chaleco:

—Voy acabar como en el chiste.

Sin embargo el médico aprovechó mi desnudez, tan solo, para pasarme la cerbatana vacía de un bolígrafo Bic por mi cuerpo serrano. Posteriormente me hizo mirar fijamente un dedo al aproximarlo a cada uno de mis ojos, luego me hizo caminar en línea recta, adelante y atrás, para concluir que servidor padecía una migraña de las llamadas sin aura, que la única cura verdaderamente efectiva eran el ajo y el agua y que no obstante, me leyera el manual del que me hacía entrega, en que venían una serie de actitudes a tomar para la prevención de las cefaleas, principalmente dejar de fumar y beber y sobre todo, no comer queso, ni chocolate, ni embutidos, etcétera.

Esa consulta me ha servido para explicar con conocimiento de causa, a quien me pregunta, lo que son las migrañas.

www.youtube.com/watch?v=XhnRIuGZ_dc