Miguel Delibes, el hombre se reencuentra con el autor.

No voy a comenzar dando cuenta de su extensa y conocida obra ni de su gran número de Premios Literarios, ni siquiera comentaré su estilo, calidad o excelente uso del lenguaje.
No, voy a hablar de su humanidad y de la gran calidad como persona.
Quizás a vosotros no os pase, pero yo estoy harta de algunos escritores de hoy en día donde para ellos lo único importante son las fotos, acudir a sus actos de promoción, hablar mucho en los medios de comunicación —“benditas” campañas de marketing—cuando sus libros son extrapolados a la pantalla (algunos ganando mucho más que en el papel) o desquitarse en sus columnas de opinión creyendo que así el mundo les deberá la salvación.
Sin embargo, en la otra parte teníamos al maestro que salía a pasear y hablaba con sus paisanos convirtiendo esos momentos en algo especial, que respondía a todas las cartas que llegaban al periódico El Norte de Castilla, dirigidas a él, y que respondió con una carta firmada de puño y letra cuando la Asociación de Escritores Noveles le invitó a la presentación de su delegación en Valladolid, su ciudad. (Si alguien está interesado en el contenido, la asociación lo pone en su blog http://escritoresnoveles.wordpress.com/
¿No es triste que los que disfrutamos escribiendo pero que aún no le llegamos a los zapatos, como una servidora, tengamos que tragar los egoísmos de escritores que están a la altura de su rodilla y se creen ya en el paraíso?
Pues no, no es triste, es patético.
Hace casi dos años, en noviembre del 2008 dijo una frase terrible: “El autor ha muerto antes que el hombre”. Miguel Delibes está en cada palabra, página y libro que ha escrito, porque sus libros, al igual que sus personajes, son parte de él mismo y de su propia biografía.
Hoy, 12 de marzo de 2010, el hombre se ha reencontrado con el autor, aunque yo diría que nunca se habían separado realmente.