Miguel ríos – gira “ bye bye ríos “ - 7 de noviembre de 2010 – palacio de los deportes de la comunidad de madrid.

Publicado el 08 noviembre 2010 por Jhlestat
Con 66 años, y una vitalidad admirable, el granadino Miguel Ríos se encuentra inmerso en la que será, o al menos así lo mantiene él, su última gira, y su particular adiós a los escenarios, tras una carrera profesional de más de casi 50 añitos.
Se ha rodeado para la ocasión, de un buen montón de amigos, quienes interpretan junto a él, temas que figuran en la memoria colectiva de más de una generación, y que forman parte, con todos los honores, y con mayúsculas, de la Historia del Rock español. Víctor Manuel y Ana Belén, Amaral, Ariel Rot ( el que fuera guitarrista del grupo Tequila ), Rosendo, Lúa Ríos ( su propia hija ), y algunos más, participan en estos conciertos.
El sábado, recibí la llamado de unos amigos, de los míos, no de los de Miguelín, a los que no tengo el gusto de conocer. Tenían en su poder varias entradas, compradas hacía ya más de un mes, para asistir al que iba a tener lugar en Madrid, en el Palacio de los Deportes de esta Comunidad, el domingo día 7 de Noviembre. Uno de los que en principio iba a ir, falló a última hora, y me propusieron asistir al evento.
Pues bien, ayer mismo, media hora antes de que comenzase, allí nos presentamos, y nos situamos en la pista central, dispuestos a pasar un buen rato. Y así fue.
Yo pensaba que duraría de dos a dos horas y media. Me equivocaba. El casi, y sin casi, abuelito Miguel, aguantó, sin pestañear, cerca de tres horas en el escenario. Entonó, unas veces en solitario, y otras acompañado por uno de esos amigos a los hacía mención más arriba, prácticamente todas y cada una de las canciones que le hicieron famoso: “ Bienvenidos “, ¿ cómo no ? “, Un caballo llamado muerte “ ( por cierto, una de mis preferidas ), “ Año 2.000 “, “ El Río “ a dúo con Ana Belén, “ Vuelvo a Granada “, “ El Blues del Autobús “, “ Generación límite “, ... .
También versionó temas ajenos que, desde ya hace varias décadas, forman parte del dilatado repertorio que despliega en cada una de sus actuaciones: “ Maneras de Vivir “ junto al incombustible Rosendo, “ Sábado a la Noche “ ( del prácticamente olvidado Moris ) con Ariel Rot, ... .
Una auténtica fiesta.
El Palacio de los Deportes estaba prácticamente lleno. Como contaba antes, nosotros pasamos de pié, ¡¡¡ qué remedio !!!, las tres horitas que duró, más la hora anterior y la media posterior, lo que hace un total de cuatro. Uno de los amigos sostenía, muy decidido, antes de que empezase el concierto : “ Así es como hay que ver los conciertos de rock, en pié “. Yo le contesté, sin saber que sería tanta la duración final : “ A ver si dentro de dos horas, seguimos pensando igual “.
Y es que, claro está, no es lo mismo asistir a conciertos moviditos como éste, con el cuerpo de un chaval de 17 o 18 años, que, como en nuestro caso, y mayoritariamente, cuando se tiene holgadamente rebasada, unos más y otros menos, la barrera de los 40. Ni las piernas aguantan igual, ni los riñones, al menos los míos, resisten, en la misma posición, con igual gallardía y prestancia. Por no hablar del hecho de que al día siguiente, sí o sí, había que acudir al trabajo. En fin, como estas situaciones no se repiten más que de Pascuas a Ramos, aún se logran sobrellevar con cierta soltura y presencia de ánimo.
Bailar, lo que se dice bailar, no bailé demasiado. Mi forma de contemplar los conciertos, desde siempre, se asemeja bastante a la que mantengo cuando los visiono, con toda tranquilidad, en el salón de mi casa, grabado en uno de mis apreciados DVDs. En ambos casos, me limito a seguir el ritmo con pequeños, pero muy firmes, movimientos de cabeza y cuello, y, por supuesto, con las piernas. No con las dos a la vez, primero una y luego, cuando la melodía así lo requiere, la otra. La diferencia fundamental es que, en mi salón, me encuentro plácidamente acomodado en un sillón, y aquí, en el Palacio de los Deportes, no era posible, me pusiera como me pusiera.
Aunque esperaba que el público asistente no fuese excesivamente joven, confieso que me sorprendió, muy gratamente, observar, muy cerca de nosotros, a un grupo bastante nutrido de personas, cuya edad oscilaría entre los 60 y los 65 años. Y bailaban y todo. ¡¡¡ Para que luego digan que nuestros queridos jubilados no guardan ya energías !!!. Estoy convencido de que muchos, incluso gozarán de mejor estado físico que yo. No me cabe la menor duda.
Uno de los momentos más divertidos de la noche, se produjo cuando Miguelito, entre canción y canción, gastó una pequeña broma ( ¿ o no lo era ? ). Dijo algo así como que le extrañaba comprobar que, tras más de media hora de actuación, aún no le habían arrojado 4 o 5 “ sostenes “. Comenté que, evidentemente, se le notaba más la edad en la forma de expresarse, que en sus continuos y alocados saltos y carreritas, a lo largo y ancho del escenario. Querido Miguel, deberías actualizar, a riesgo de parecer todo un abuelete carrozón y que incluso pudieran calificarte de machista, esos términos y mensajes tan trasnochados. Lo de los “ sostenes “, y el hecho de que las señoritas acostumbrasen lanzarlos a la cara de sus ídolos, forma parte ya del pasado. Sería preferible utilizar, si quieres estar “ a la última “, términos mucho más modernos y sexys, a la hora de referirte a la ropa íntima femenina. Claro que aún muchos hablamos de “ calzoncillos “ en lugar de utilizar “ slips “. O sea que, dicho sea de paso, no eres el único anticuado en ese aspecto. En lo que no puedo estar de acuerdo, de ninguna manera, es en que sigas esperando recibir " sostenazos " en el rostro mientras cantas. En eso no.
Hubo un momento más bien tenso, pero igualmente divertido, que se produjo cuando uno de mis amiguetes ( siguiendo una antigua y celebrada tradición, que forma parte de la costumbre local en un pueblecito de la Sierra madrileña que la mayoría de los que allí nos encontrábamos conocemos muy bien, que consiste en bañarse mutuamente, el “ Día de la Víspera “, que es el que precede a las Fiestas Patronales de la localidad, con el líquido que contienen los gigantescos vasos de medio litro, cuando no de litro entero, que portan en sus manos ), sin dejar de dar brincos al ritmo de la música, y en un comprensible instante de despiste, tanto en el tiempo como en el espacio, derramó parte de su consumición. Por suerte, no cayó sobre nadie ajeno al grupo, sino sobre una de las personas que, afortunadamente, ya estaba acostumbrada a tan curiosa tradición.
Si llega a ir a parar al cuerpo, y ropa, de la chica que estaba justo al lado, lo mismo se hubiese tenido que adelantar el “ Himno de la Alegría “, al objeto de apaciguar los ánimos con eso del “ Escucha Hermano ... “. De lo que no estoy seguro es de si el “ hermano o hermana “ de turno, hubiese “ escuchado “ tras experimentar la involuntaria ducha.
Algo que siempre ha llamado poderosamente mi atención, es la facilidad que poseen determinadas personas, para mantener, íntegramente, dentro de sus vasos, el líquido del que se trate, mientras dan saltos dignos de un Pau Gasol cualquiera, desplazándose además, a una velocidad considerable, por la calle. Pues bien, os aseguro que, si quieren, no derraman ni una sola gota. Con lo que me cuesta a mí trasladar el plato de sopa, sin que se me caiga siempre un poquito al hacerlo, es de admirar tan admirable pulso y sentido del equilibro.
En resumen, un concierto genial, con espléndidas colaboraciones de, por ejemplo, los dos integrantes de Amaral, Ana Belén ( a sus casi 60 años, y con la ausencia de Víctor Manuel, quien quizá prefierse estar a esas horas, tomando un sabroso tazón de leche con galletitas,, parecía más bien la hija de la cantante del mencionado grupo. Mantiene, no sé si con más o menos operaciones, una cara y un tipito más que envidiable ), Ariel Rot ( como siempre, un placer escucharle ), Rosendo ( debe estar más cerca de los 60 que de los 50, pero con esa cara que le ha tocado en suerte al pobrecito, está igual de arrugado y acartonado que hace 20 años. Eso sí, sigue siendo una maravilla, disfrutar de su enérgica forma de tocar la guitarra eléctrica ), y hasta su propia hija, Lúa Ríos, supongo que aprovechando para que se promocione un poquito al lado de Papi.
Aquí os dejo unos videos, cortitos y que dejan bastante que desear en cuanto a imagen y sonido, en una palabra, que se ven fatal, pero que no dejan de ser curiosos, y sirven perfectamente a la hora de ilustrar el presente post.
“ BIENVENIDOS “ – Miguel Ríos.


“ EL RÍO “ – Miguel Ríos y Ana Belén.


“ SÁBADO A LA NOCHE “ – Miguel Ríos y Ariel Rot.

“ MANERAS DE VIVIR “ – Miguel Ríos y Rosendo.

“ BYE BYE RÍOS “ – Final de concierto con Miguel Ríos, Ana Belén, Amaral, Rosendo, Ariel Rot, Lúa Ríos, y el resto de participantes en el mismo.