Miguel Strogoff, de Julio Verne - Crítica - Plumas de ayer

• Título: Miguel Strogoff
• Autor: Julio Verne (ver ficha)
• Edición: Anaya, 2005

Siberia está siendo invadida y el destino de Rusia depende de que un hombre llamado Miguel Strogoff entregue una carta del zar a su hermano. Para ello deberá atravesar todo el continente, salvando montañas, estepas, ciénagas y ríos. Y no sólo eso, pues también tendrá que vérselas muy a menudo con el componente humano, capaz de lo mejor y de lo peor. Acompañado por Nadia, una tímida joven en busca de su padre, el correo del Zar partirá raudo y veloz para hacer su entrega y cumplir su misión.

Suele parecernos que las novelas del siglo XIX son aburridas por su verbo recargado o las cuestiones que tratan, pero ninguna de estas razones es excusa válida en este caso. El lenguaje usado no es excesivamente pomposo y, aunque entonces no existiera Internet, la excusa del viaje les permite explorar temas aún hoy tan vigentes como la amistad, el amor o la familia. Esta aventura de Verne es muy característica del típico afán por describir de la época, cuando el género estrella era la novela realista. El excesivo detalle que hay al principio lastra un poco la lectura, pero según el lector avanza se va transformando en placer hasta convertirle en un intrépido viajero de sofá. Lo mismo sucede con el ritmo, que se va acelerando cada vez más, hasta llegar casi sin aliento a esas últimas páginas que apenas dejan espacio para que la trama se resuelva. Si hay un elemento que destaque sobre el resto en esta obra es el logrado equilibrio entre el protagonista y los personajes que va conociendo, una característica remarcable dada su dificultad de ejecución. Que sólo haya un actor principal puede hacer muy pesada la lectura si éste no nos cae en gracia, pero tanto los secundarios como los momentos en los que aparecen están cuidadosamente escogidos. Esta armonía queda reflejada en el propio Miguel, que permite que la trama transcurra a través de él pero sin él, es decir, conocemos mejor su carácter gracias al resto de personajes. Entre ellos destaca la presencia de Alcides Jolivet y Henry Blount (dos periodistas, francés e inglés respectivamente), que proporcionan la parte más ligera y divertida de la novela al mantener una constante batalla personal por informar antes que el otro a sus respectivos lectores, sin importar lo que caiga a su alrededor, sean bombas o lluvia. En cuanto al aspecto romántico el autor hilvana apenas una relación en la que se echa de menos una pizca de chispa.

Por todo esto y más no debes dejar de leer Miguel Strogoff, pues es uno de los padres de la novela de aventuras de hoy. Si te gustan los relatos con paisajes de ensueño, intrigas, amistad y unas gotas de venganza, éste es el libro que debe ocupar tu mesita de noche.