Revista Literatura

Mínimo, frugal y tacaño

Publicado el 29 noviembre 2010 por Migueldeluis

Hace unos meses estaba leyendo –no sé en que página web– una ristra de comentarios jocosos y de mal gusto acerca del reto de las cien cosas. Reventando de envidia, hablaban de que muchos de estos minimalistas tenían ordenadores mac muy caros. A reglón seguido sacaban listas de cien cosas en este plan: (añadid horrores ortográficos a voluntad)

Mi lista de cien cosas: 1. Mi palacio | 2. Mi Aston Martin |3. Mi yate | 4. Mi avión privado | 5. Mi colección de ropa

¿Tienen razón?

Un minimalista tampoco es un tacaño. La tacañería, a fin de cuentas, constituye otro tipo de obsesión por acumular, en este caso por acumular dinero. ~ Luis José Sánchez

Dudo que a ningún minimalista se le ocurra tener un palacio; pero el minimalismo no es frugalidad ni tampoco pobreza. Y no es que sea sólo opinión mía. Si limitas el número de tus posesiones, de manera consciente te decantas por cosas de mejor calidad. Una casa puede ser pequeña y a la vez bien construida, hermosa y bien situada, y, a la vez, más cara que otra mayor. Un portátil con las mismas capacidades que un ordenador de sobremesa puede resultar más caro. Un mini cuesta más que un Dacia Logan.

Sin embargo, el minimalismo va de la mano de la frugalidad. Me pongo de ejemplo. No tengo un mac, sino un viejo Toshiba Satellite que me sigue funcionando bien en Ubuntu Linux. Se me ha hecho la boca agua varias veces con los mac y como respuesta he dejado de visitar la web de apple. Entiendo que, en realidad, no necesito un mac para nada. Los dos programas que uso la mayor parte del tiempo son el navegador Chromium y PyRoom. Renuncio al factor “chulo” de tener un mac a cambio del dinero que me ahorro. Otras personas han renunciado a tener un coche porque les basta el transporte público… y podía seguir dando ejemplos hasta que alguien llegara a decir

Eres un tacaño

¿Un dólar a cambio de la felicidad eterna? mmm… Soy más feliz con el dólar. Señor Burns

Si acumulo dinero debe ser por una razón. La más habitual, y la que da origen a la tacañería es el miedo. De hecho, de acuerdo a Padre Rico, Padre Pobre el miedo a ser pobre es la causa que empuja a la gente a hacerse más y más rico, a nunca conformarse con nada. Si ese miedo es lo suficientemente intenso puede llegar a crear a una personalidad que viva en la más abyecta miseria por el temor de vivir en la miseria más abyecta. Pero sin caer en esos extremos, ¿sería yo más feliz con un mac?

No. Compramos una cosa muy chula, nos da un subidón y tras cierto tiempo, más corto cuanto mayor sea la frecuencia con que compramos volvemos al punto de partida. Las alternativas son, pues, dos: aprender a ser felices sin drogas… digo sin comprar o matarnos a trabajar para poder comprer cosas. Yo he decidido ser feliz sin comprar pero ahora tengo otro desafío

¿Hasta dónde trabajo?

Cambia tu vida y tus hábitos en aras de llevar una vida mejor, atrévete a probar cosas nuevas, piensa en lo que puedes hacer y déjame decirte, si yo estoy cambiando tú también puedes hacerlo, es cuestión de querer un nuevo estilo de vida. ~ Omar Carreño

Hasta donde alcance mi deber. ¿Y cuál es mi deber? Mi deber es la responsabilidad de servir a alguien, mi deber es convertirme en el sueño de mi mismo, mi deber es amar con una pasión tal que ni yo mismo pueda comprender, mi deber es sentir con cada fibra de mi ser que este momento que ahora vivo es la vida y no ninguna otra cosa. Mi deber es amar.

Otros os dirán que os dediquéis a lo que más os plazca, a lo que os dé más placer. Yo os digo que hagáis aquello para lo que habéis nacido, que cantéis vuestra canción. ¡Ahora! En nada estorba que hasta ahora no hayáis emprendido este camino. Ahora es cuando toca.

No es hasta dónde, ni cuándo, sin hacia donde. No descubras tu camino, tu camiño te llama. Escuchálo, y por lo que más quieras, cuando lo escuches, síguelo. Ahora, haz que este instante merezca la pena.

Creemos que la generosidad es sólo desprenderse de dinero. La mayor generosidad es darse uno mismo, dar el propio trabajo, ofrecer el propio esfuerzo. Si puedo vivir con poco, ¿significa eso que debo vivir osocioso? ¿Es el mundo un lugar tan bueno como para que me pueda retirar a mi propio castillo? ¿Debe ser mi sueño vivir sin preocupaciones? No, en lugar de eso, me ocuparé del mundo.

¿Y tú?

Tú ten un objetivo. Si careces de objetivo no podrás distinguir lo esencial de lo superfluo y, por tanto, no podrás ser minimalista, sino mínimo, frugal o tacaño.

Mínimo, frugal y tacaño


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