No me cae bien la policía. Durante muchos años me inspiraron miedo y repulsión. Quizás influyó el que mi padre fue comisario. Comisario de provincia, simplón y limpio (no nos dejó ni 1 peso), pero policía. Algo tienen que los distingue.
Sin dudas, el peor trauma me fue causado por los trogloditas que contrataban hasta hace unos años a lo largo y a lo ancho del país. Que, de ninguna manera, respondían a las cualidades supuestamente requeridas en la actualidad.
Gente especial la que elige ese oficio. Con un entrenamiento mediocre ganan un uniforme con autoridad para golpear el prójimo, dependiendo del capricho del gobierno de turno, y pueden jubilarse a los 45 años*.
Estudiar para ser Policía | No se que estudiar
No me cae mal la policía. Ahora tengo un trato distante, y a veces cordial. Son necesarios, hay chic@s mal@s. Es bueno que haya uniformados deambulando a ciertas horas y en ciertos lugares.
Por lo que he visto a lo largo de los años, no son mucho más útiles que una estampita:
-“¡Oficial, ese jovencito que corre le robó la cartera a la anciana que tiene enfrente!”
-“No puedo hacer nada, estoy de consigna”*.
18-12-17
Igual, esa falsa sensación de seguridad que me inspiran nuestros bravos me hace caminar menos encorvado por las calles, con la confianza mística de que me protegerán si soy atacado por un ladrón o por un psicópata encapuchado que rompe vidrieras.
Nota: Sí deberían evitar cosas como “subordinación y valor”, “proteger y servir”, etc, porque la historia hace que suenen raro.
La actual administración da la sensación de carecer de un proyecto de seguridad, incluso de carecer de alguna institución que se ocupe del tema.
Hay demasiada desprolijidad, fuertes incoherencias, vacíos. Por momentos despliegan fuerzas como si estuviéramos en estado de sitio (lo que pasó en el anterior “debate” parlamentario por la reforma previsional), en otros momentos he visto policías acorralados como corderitos por grupos minúsculos de encapuchados que habrían sido fácilmente dispersados con 1 hidrante. Ahora, que seguro se aprobaba la ley, dijeron los medios que la policía recibió la orden de “aguantar”. No se entiende.
Los medios masivos nacionales e internacionales inundaron las pantallas con primeros planos violentos y escasearon las imágenes que mostraran la concurrencia bastante numerosa a la marcha. “Batalla campal en Buenos Aires para frenar la reforma de las pensiones” (El País, España).
No escuché que explicaran que los payasos en nuestros poderes ejecutivo y legislativo sólo han respondido a la orden del Fondo Monetario Internacional, de bajar las pensiones de los jubilados porque ahora los viejos están viviendo demasiado*.
Ministra de Seguridad de la Nación Argentina, Patricia Bullrich, bailando la conga con las tropas en una fiesta de fin de año:
Frases célebres: “Queremos darle al narcotráfico donde más le duele: el negocio de la droga” @PatoBullrich