"No autorizado" aún para el mismísimo Dios, quien hace la vista gorda con tal que las ofrendas de su Iglesia no decaigan.
"Privado", reza el cartel sobre la puerta de la oficina detrás de la Sacristía. Sitio vedado para todos a excepción del cura párroco y alguna novicia de turno.
"No autorizado" aún para el mismísimo Dios, quien hace la vista gorda con tal que las ofrendas de su Iglesia no decaigan.
"No autorizado" aún para el mismísimo Dios, quien hace la vista gorda con tal que las ofrendas de su Iglesia no decaigan.