Por ejemplo, lanzarme a dar clases particulares por el mundo. Que en mi academia estoy yo muy segura y muy recogidita, pero la verdad es que ahora mismo necesito pasta y el perder el miedo a salir de mi "zona de confort" laboral me está pagando muchos gintonics.
O lo de tener citas y apuntarme a cosas de ligar, como hace 10 años. Aunque sigo sin tenerlo claro; mis colegas están organizándome citas a ciegas con gente exótica y aún no sé yo cuál va a ser el resultado, pero seguro que al menos me descojono xDDD
Ir al teatro otra vez, que era algo que tenía casi olvidado y ME ENCANTA. Retomar amistades que nunca debieron distanciarse. Hacer algo de deporte, aunque sea deporte de señora. Inscribirme en carreras raras en las que te echan polvo de colores por encima (en realidad me han convencido para inscribirme porque es mi única oportunidad de que me echen polvos este San Valentín, ya os contaré :P)Apuntarme a eventos sociales varios, aunque sean hipsters o demasiado modernos. Si hay que ponerse a echarle hierbas a las copas, se pone una y ya está.
Y, sobre todo, lo que estoy consiguiendo poco a poco es perder el miedo. Me he dado cuenta de que hace dos meses estaba aterrorizada, hundida, tenía una visión muy reducida del mundo y no me veía capaz de nada. No era yo. O sí: la peor yo. Pero esta Navidad algo hizo click en mi cabeza, como me suele suceder siempre que se avecinan cambios. No tengo claro qué fue, (aunque sí el detonante :P) pero algo ahí dentro digievolucionó y ya no había vuelta atrás.
Y presiento que lo mejor no será lo que consiga al final de este año. Lo mejor va a ser el camino.
Y estas serán mis pintas en la carrera de los polvos xD