- LA RADIO: Siempre me atrajeron las radios antiguas como bellos elementos decorativos en una casa, para situar entre los libros o al lado de una planta. Esos objetos antiguos completan muy bien determinados espacios, a la vez que contrastan con otros objetos más modernos. Como dirían en la revista NUEVO ESTILO: " la mezcla de objetos antiguos y modernos acentúa los ambientes, y los vuelve acogedores a la par que eclécticos".Llevaba semanas en ebay mirando y buscando radios antiguas, tipo capilla, años 50. Coincidió con una época en la que estaba leyendo algunos libracos sobre temas metafísicos, divulgativos religiosos y tal y cual... así que una noche me acuesto y pienso: - A ver, chicos, si todo esto de la existencia tiene algún sentido, que alguien me consiga una radio antigua, dadme esas señal...Una plegaria lanzada en plan coña, imbuido del tipo de relatos breves que se podrían encontrar en la excelente compilación de Auster " Creía que mi padre era Dios".Pasan unos días. No encuentro nada interesante, o asequible, en el ebay. Una tarde de verano bajo a las seis la basura( ¡¡¡mal hecho!!!!), cosa que nunca suelo hacer... abro el contenedor de enfrente, dejo la bolsa y no sé por qué razón miro para otra bolsa negra que había al lado- juro que no suelo hacerlo... no me veréis en Callejeros- y la saco del contenedor.La abro y me encuentro dos cosas: una radio Grundig de los ochenta y una radio antigua, de capilla, de baquelita, año 50, Azkar, de fabricación española... ¡¡en perfecto estado!!!Subo a casa, la limpio, veo que tiene todas las válvulas perfectas, consigo el adaptador a 125 voltios y la enchufo y funciona perfectamente.Ahora la tengo enfrente del sofá, sobre dos volúmenes de La Historia de los Cómics, de Toutain. Y cada vez que la miro, me sube algo por el estómago que no sé definirlo muy bien.O sea, que hago mías las palabras de Newton: "No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi".Pero continuo siendo un agnóstico y un escéptico militante, que conste en acta. Y me acojo a la quinta enmienda, por si acaso, porque posiblemente este sea el post más bizarro que he escrito.Saludos de Jim el nigromante. Y lo que os he contado es cierto. Juro que todavía no he bebido ni tomado sustancias psicotrópicas.
Por ahora, claro.