Supongo que es normal que a estas edades, (pasados los 30) todos llevemos una mochila a nuestras espaldas. Algunos lo llaman "fantasmas", otros "experiencia", pero para mí es como una mochila que pesa dependiendo de su tamaño y que nos impide realizar ciertas actividades con soltura. Una mochila que no nos podemos quitar porque nuestras acciones del pasado y sus consecuencias la acabaron soldando a nuestra piel.
Me pregunto por qué siempre me topo con hombres con mochilas enormes. Con lo fashion y comoditos de llevar que son los clutch.