Reciban un cordial saludo a todos nuestros lectores. El mes de Enero a tenido un paso fugaz dejando atrás muchas emociones y experiencias para recordar y reflexionar.
Tuve la oportunidad de conocer en la ciudad de Mérida en el marco de un evento de moda no solo a grandes diseñadores y jóvenes talentos que serán buenos modelos a futuro. Todos ellos comprometidos con el diseño, la moda y la cultura como identidad de un país Venezuela. También en el proceso realice una investigación a fondo de un caso en la ciudad de Mérida relacionado con personas dentro de la producción del evento.E llegado a sentirme en estos días como Stefano di Poggio quien encarna a todos los que creen que la justicia y la nobleza triunfaran. Citando a Arthur Schopenhauer en 1788-1860. Es cierto que el apelar a la justicia y la gratitud ha tenido éxito en ocasiones, pero en general resulta fatal, sobre todo cuando se lidia con los castruccios de este mundo.
Un hombre como Stefano di Poggio en su época o como yo en estos tiempos del siglo XXI que me expreso y narro de forma veraz sin amarillismo, ni ganas de resaltar en el medio escénico como si la vida fuera un show que para algunos lo es así. No solo está obligado a la gratitud, sino que esta es a menudo una terrible carga de la que con gusto buscaran de librarse en cuanto tengan oportunidad.
Es por esta comprensión que hago publico ante nuestros lectores, publico en redes sociales, amigos y familiares que eliminaremos la columna “ Consciencia Social” y poniendo de esta formafinante todo el show mediático que le han son aliados y el boicotque se ha generado a nuestra revista y mi persona por esta columnaante nuestra posición firme. Un cineasta colombiano que daba clases de cinematografía en la universidad bolivariana irrumpió el silencio del publico a oscuras listos para ver una película que analizaríamos ese día para decir unas palabras.“Señores para los hechos la verdad les quedara implícita”. Buenas tardes.