Hace un algún tiempo estuve mirando unos Moleskine en una librería. Como idea está muy bien, pero luego me cuesta tanto usarlos que es mejor improvisar uno casero.
Aquel día, al comprar un libro, le regalaron a mi peque un par de clips para el pelo y un pequeño blog de notas, además del correspondiente punto de libro. Le expliqué que aquello era un pequeño libro que debía escribir ella y a pesar de que le encanta coger todas mis libretas y llenarlas de dibujos (y ahora de letra ligada) se contuvo a la espera de encontrar qué podía poner allí. Lo mismo que yo hubiera hecho con el moleskine en caso de haberlo comprado, guardarlo con cariño, básicamente. (a veces no disfruto suficiente las cosas, las dejó, como si fuera a haber un momento que lo mereciera más que el presente, y quizá no lo hay)
Hace unos días vio en una tienda un pequeño monedero de fieltro, había rosa azul y rojo, al cogerlo descubrió que se trataba de un pequeño blog de notas. ¡Yo lo quiero! (que novedad) ¡Quiero el azul!
Ni que dudar queda que no se lo compré, y no porque me pareciera caro, que no lo era, sino porque me apeteció a probar que tal de me daría hacer uno parecido. El fin de semana me dediqué a hacer una plantilla en papel de lo que le iba a hacer a aquel blog de notas que le habían regalado. Pardilla de mí (o novata, como prefiera el lector, jeje) probé a coserlo de dos maneras, la que se ve en la foto es la que más me gustó finalmente.
Le quería poner el nombre en hilo o con pintura pero no hubo manera, quería una flor y la quería allí, yo le quería poner un botón y tampoco pudo ser. Pero ella está encantada!!!